DIA 20: SÁBADO 13/08/2016: ADELAIDA – KANGAROO ISLAND
A las 05:45 de la mañana sonaba el despertador. A las 06:45 salía el autobús de Sealink desde la estación de bus de Adelaida a Cape Jervis. Habíamos cogido a través de la página de Sealink el traslado en bus hasta Cape Jervis + Ferry desde ahí a Kangaroo Island (KI). En KI alquilaríamos un coche para movernos por la isla. Echando cuentas nos salía mejor de precio que alquilando el coche en Adelaida y metiéndolo en el ferry.
También existe la posibilidad de hacer tours de uno o dos días por la isla. Nos decantamos por el coche para tener más libertad de dónde pararnos o qué visitar. Para la vuelta a Adelaida, desde donde salía nuestro vuelo internacional a Madrid, hicimos la jugada de volar directo a Adelaida desde el aerodromo de Kingscotte en KI, y nos salió perfecto. También puedes hacer la operación de volver en ferry y luego autobús a Adelaida, pero el día que volvíamos sólo había ferry por la mañana y nuestro vuelo era a las 21:30, por lo que perderíamos el día. Con la vuelta en avión salíamos a las 18:30 y a las 19:00 llegabas a Adelaida, por lo que si no pasaba nada raro en cuanto a retrasos, daría tiempo a enlazar con el vuelo a Madrid.
Los de Sealink te dicen de estar media hora antes de la salida del autobús en la estación, pero con estar 15 minutos antes es más que suficiente. La duración del traslado a Cape Jervis es de 1h 45′ aproximadamente. El paisaje es bastante chulo, sobre todo la parte final, donde vimos wallabies y kangaroos correteando en las praderas al lado de la carretera. Sobre las 08:30 llegamos a Cape Jervis, con tiempo para coger el ferry de las 09:00. Aprovechamos en el ferry para desayunar algo. El trayecto son 45 minutos
hasta Penneshaw, el pueblo de KI donde llega el ferry. Allí teniamos contratado el aquiler de un coche con Hertz. Buscamos la oficina en la terminal de ferry, pero sólo vimos el de otra empresa de alquiler. Al salir de la terminal, había una mujer esperándonos con el cartel de Hertz. Nos llevó a su oficina, que está a 1 minuto en coche de la terminal por una calle cuesta arriba. Nos dieron un Nissan Pulsar, con cambio automático, limitado a 200 km (práctica habitual en el alquiler en KI, cada kilómetro que te pases de esa cifra se cobra a 0,30 AUD). Por el GPS nos cobraron 15,40 AUD/día. En total fueron 251,5 AUD.
Habíamos visto al bajar del ferry lo que parecían ser pingüinos, así que nuestra curiosidad nos hizo volver al muelle, para ver qué eran, pero resultó no ser así:
Teníamos pensado visitar Seal Bay Conservation Park, donde se pueden observar leones marinos australianos en la playa, así que lo pusimos en el GPS y en marcha. Nos encantó conducir por KI, no hay prácticamente nadie en las carreteras. En realidad hay 2 principales que cruzan la isla, y el resto secundarias, algunas de ellas sin asfaltar. Te invade una sensación de libertad total. Aparte, a pesar de que en principio es invierno y hace frío, disfrutamos de dos días muy buenos con temperaturas agradables:
De Penneshaw a Seal Bay hay unos 100 kilómetros, y tardamos como 1h y 15′ en llegar allí. Eran alrededor de las 11:30. Hay dos modalidades de visita:
* Visita por libre (16 AUD/persona): que permite acercarte a una parte de la playa a través de unas pasarelas para observar a los leones marinos. Se ven medianamente cerca, y puede ser buena opción si no se quiere profundizar en el tema (hay paneles explicativos a lo largo del paseo), aunque no se baja a pie de playa:
Los leones marinos comparten ciertas características con las focas, pero poseen oídos externos, su piel es gruesa, pelaje corto y muy voluminoso. Los machos son más grandes que las hembras, por lo regular hasta cinco veces más. El rango de medidas va de 1’8 a 3 metros de longitud y de 100 a 1,000 kg de peso.
El león marino suele confundirse con el lobo marino, pero este último es más pequeño:
Estos mamíferos tienen la habilidad de mover sus aletas traseras hacia adelante del rostro y les dan fuerzas también para desplazarse por las costas sin mucha dificultad:
* Visita guiada (35 AUD/persona): donde una persona te explica todo lo relacionado con los leones marinos. Se ven muy cerca, ya que se pasea por la propia playa, que por cierto, es preciosa de arena blanca. Se trata con mucho respeto a los animales, ya que aunque los ves desde muy cerca, no dejan acercarte más que lo prudencial para no afectarlos.
La esperanza de vida de los leones marinos tiene una media de 20 a 30 años de edad:
El león marino es polígamo, ya que el macho establece territorialmente su espacio por medio de enfrentamientos y muestras agresivas para definir su harén y poderse aparear con varias hembras:
Su dieta está conformada por pescados, calamares, pingüinos, entre otros animales marinos:
Les encanta revolcarse por la arena, como si fuera harina, hasta cambian de color, jeje:
La visita guiada también te da acceso a hacer la visitar por libre por las pasarelas, que es lo que hicimos, ya que al llegar tuvimos que esperar una media hora a la siguiente visita guiada, que acababa de salir. A nosotros nos encantó la experiencia, imprescindible para nosotros, si decidís conocer la isla.
Sería alrededor de la 13:00 cuando acabamos la visita. Cogimos el coche y nos dirigimos a Little Sahara, que distaba unos 20 km (20 minutos) de allí. Su nombre es fácil de adivinar, debido a un paisaje desértico, con unas grandes dunas. Cruzamos un puesto donde te alquilaban tablas para tirarte por las dunas (sandboarding) (37 AUD por 2 horas de alquiler de la
tabla + 10 AUD por un casco adicional), pero no estabamos interesados. Tan sólo subimos hasta la duna más grande para ver el paisaje:
Una vez concluida la visita, nos dirigimos a Vivonne Bay (11’6 KM, 11’), otra playa muy chula, donde nos montamos un picnic en la misma arena:
Un simpático lugareño y su hijo que estaban acabando de hacer surf, nos dijeron que había una ballena al otro lado de la playa, en Point Ellen. Así que cogimos el coche y fuimos para allá. Una zona muy bonita, nos encantaba la sensación de estar prácticamente sólos en cada sitio. Paramos el coche y vimos la ballena a lo lejos, estaba inmóvil, puede ser
que estuviera enferma o desorientada, porque no suelen estar tan cerca de la orilla. Pobrecilla.
Continuamos hacia Point Ellen, por una carretera sin asfaltar, con vistas también muy bonitas:
Desde aquí nos dirigimos a Hanson Bay Koala Walk Park, una reserva de koalas (9 AUD/persona). Llegamos a las 16:00 y cerraban a las 17:00. Aparte de koalas, se pueden ver wallabies, pero esto no os lo recomedamos ya que hay que andar un buen trecho, y wallabies vais a ver un montón por la isla. Así que nos centramos en recorrer la propiedad, dejándonos el cuello para ver algún koala en los eucaliptos. No nos cansábamos de ver a este increíble animal. Los habíamos abrazado en Magnetic Island y vistos en libertad en Kennet River durante el recorrido por la GOR, pero aún así hicimos esta visita. La verdad es que hay bastantes, más que en Kennett River. No nos gustó tanto que hubiera que pasar por caja para verlos, pero bueno. Son tan monos, dan unas ganas increíbles de achucharlos:
A las 17:00 y ya con la mujer metiéndonos prisa por cerrar, dejamos la reserva, donde por cierto a la entrada tienen un cartel muy chulo, jeje:
Como decíamos te puedes cruzar con wallabies por toda la isla:
Ya empezaba a anochecer. Por suerte, sólo había 1,5 kilómetros hasta nuestro hotel: Western KI Caravan Park. Teníamos un bungalow muy correcto, en mitad de la nada, justo lo que buscábamos. Durante el atardecer, los wallabies se acercan hasta prácticamente la puerta de tu casa. Nos encantó el sitio: el bungalow, el porche, el entorno. Una muy buena opción para nuestra última noche en Australia…:
DIA 21: DOMINGO 14/08/2016: KANGAROO ISLAND – ADELAIDA – QATAR – MADRID
No madrugamos demasiado, en nuestro último día en Australia. Desayunamos tranquilamente, y tras hacer el checkout nos dirigimos al National Park más importante de la isla: Flinders Chase. Tan sólo nos separaban 7 km de la entrada al Parque. Tras adquirar la entrada (11 AUD/persona, hay que dejar el recibo en el frontal del coche, por si pasa algun ranger a comprobarlo), nos dirigimos a explorar el Parque. En el camino al coche, tuvimos la suerte de ver un koala:
Los principales puntos de interés del National Park son:
* Faro de Cape du Couedic:
* Admirals Arch: A unos 15 kilómetros de la entrada del recinto. Ofrece unas vistas espectaculares de la costa, con las olas rompiendo. En las formaciones rocosas, han establecido su residencia una comunidad de focas de Nueva Zelanda. Imprescindible.
Las focas son predadores muy astutos y con gran capacidad para sumergirse a profundidades de hasta 600 metros bajo el nivel del mar para alimentarse de peces, crustáceos, cefalópodos o pingüinos. Debido a sus poderosos molares, pueden triturar fácilmente animales marinos con conchas y caparazones. Damos fe que son excelentes nadadores, pues había muchísimas olas que parecían que las iban a engullir, pero siempre aparecían victoriosas:
* Weirs Cove: Recomendación que nos dieron en el Visitor Centre. Se llega por un camino no asfaltado de apenas 1 kilómetro, un poco antes de llegar al faro. Ofrece buenas vistas:
* Remarkable Rocks: Un conjunto de grandes rocas de curiosas formas. Hay que tener cuidado de no acercarse mucho al mar, porque ha habido alguna tragedia con algún turista. Se deja el coche en el parking, y se llega andando en 5 minutos. Es una visita rápida.
Tras visitar la zona más importante, ya que todos los sitios anteriores están muy cerca entre sí, decidimos hacer una de las rutas a pie (hay varias), que parten desde el Visitor Centre (dónde se compran las entradas). Nos decantamos por la Platypus Lakehole Walk, una ruta de 4,5 km circular y de 2 horas de duración. Animados porque se podían ver echidnas (erizos), wallabies u ornitorrincos. Al principio, vimos algunos animales como wallabies que animaban el paseo:
Tras andar bastante rato, se llega a la zona de los lakeholes, teníamos la esperanza de ver algún ornitorrinco (platypus), pero nuestra suerte fue esquiva con ellos durante todo el viaje. Los ornitorrincos son unos extraños animales con pico de pato, cola de castor y cuerpo de nutria. Es un mamífero subacuático que pone huevos. Nos quedamos rato esperando a ver si se dejaba ver alguno pero son super tímidos y extremadamente difíciles de ver:
Tampoco vimos ningún echidna durante el paseo.
Cuando volvimos al coche, cansados después del paseo, vimos que el koala no se había movido ni un milímetro de donde estaba. Normal, si son capaces de dormir 20 horas al día… Por cierto, nosotros no lo visitamos porque habíamos abrazado koalas en Magnetic Island, pero puede ser buena idea visitar Parndana Wildlife Park, ya que aquí también puedes hacerlo.
Con esto dábamos por concluida la visita al National Park. Habíamos calculado estar en el diminuto aeropuerto de Kingscotte sobre las 17:30 (el vuelo salía a las 18:30), así que todavía nos quedaban algunas horas para poder visitar algo más.
La principal fuente de ingresos de Kangaroo Island, aparte del turismo, es la ganadería. Durante el trayecto en el ferry, y en los centros de información se anunciaban muchos lugares para visitar en la isla relacionados con este tema. Para matar un poco el tiempo, y ya que pillaba de camino a Kingscotte, nos animamos a visitar Island Pure Farm (11:00 – 16:00), un negocio local donde por 6,5 AUD hacen un tour para visitar como ordeñan a las ovejas y una degustación de productos al final. En la visita te ponen un vídeo de 10 minutos, nada interesante, la verdad. La degustación de productos está bien. Nos ofrecieron quesos y yogures que estaban ricos, aunque finalmente no compramos nada:
Al salir de la visita, vimos que había unas mesas de madera en plan merendero, al lado de donde habíamos aparcado el coche, así que decidimos comer allí mismo, agotando las últimas provisiones que llevábamos.
Nos sobraba algo de tiempo, así que decidimos ir a Stokes Bay, una playa del norte de la isla. Apenas nos cruzábamos con algún coche en todos los recorridos por la isla. De camino a Stokes Bay, vimos un paisaje curioso, como un bosque inundado:
Al llegar a Stokes Bay, visitamos la playa, no tan bonita como otras de la isla, pero con su encanto:
Con el tiempo algo justo, nos acordamos que a las 17:00 daban de comer a los pelícanos en Kingscotte. Teníamos que ir allí de todas formas, porque hay una gasolinera donde llenamos el depósito (ya nos clavaron los de Avis en Melbourne por no devolverlo lleno). Llegamos un minuto antes de las 17:00 y vimos a los pelícanos, pero en cuanto oímos al que los alimentaba
que empezaba a pedir dinero por verlo (había algunos padres y sus hijos) salimos pitando:
A las 17:15 ya estábamos en el aeródromo de Kingscotte. Dejamos el coche aparcado en un parking que hay fuera, y al entrar a la terminal buscamos el local de Hertz. No había nadie, pero sí hay un buzón para dejar las llaves del coche. Ponía un cartel, que el hombre había salido y volvería pronto. Aprovechamos para facturar. Con algo de problemas porque no admitían más que 15 kilos en el equipaje facturado, y como volábamos directamente a Adelaida, íbamos con todas las mochilas y equipaje encima. Tras mover varias cosas de sitio y ponernos alguna capa encima, conseguimos adecuar los pesos. Al volver de facturar, había regresado el hombre de Hertz. Nos cobraron los kilómetros de más que hicimos al coche, pero nos intentaron colar algún concepto de no se qué en la factura. Menos mal que la revisamos bien, porque, en efecto, se habían equivocado, pidió disculpas y nos cobró la cantidad correcta. Así que como consejo, revisad bien, cuando paguéis el coche de alquiler, sea la compañía que sea.
El vuelo con Rex Air, que sólo hace vuelos internos, la verdad que muy bien. Sólo fue un trayecto de media hora hasta Adelaida. Llegamos a las 19:00 y a las 21:30 teníamos el vuelo de Qatar, que hacía poco había establecido una nueva ruta Adelaida – Qatar – Madrid. El vuelo de Qatar genial también, muy cómodo y con una escala en Qatar bastante corta.
Con pena en el corazón, abandonamos Australia. Tres semanas que pasaron volando … Dejábamos atrás los cocodrilos salties y el Kakadu NP en Darwin, la Gran Barrera de Coral en Cairns, las playas espectaculares y la navegación por las Whitsunday Islands, los koalas y los mokes de Magnetic Island, la increíble Fraser Island y las ballenas de Hervey Bay, ciudades repletas de vida como Sydney o Melbourne y la apacible y hermosa Kangaroo Island.
Ya sólo nos queda pensar en el siguiente…
