SUIZA- RELATO DE VIAJE: PARTE II/III
DIA 3: SABADO 2 MAYO 2015: LAUSSANE – BERNA – LAUSSANE
El tercer día de nuestra estancia en tierras suizas, decidimos visitar Berna, la capital de Suiza.
Distante a poco más de una hora en tren Intercity, partimos de Laussane a las 09:20, llegando a Berna a las 10:25.
El viaje es una delicia que transcurre entre vistas al lago, a los viñedos, a algún castillo o verdes praderas que tienes asociadas automáticamente al país helvético:
Al llegar a Berna, llama la atención el pequeño tamaño de esta ciudad, que parece más bien un pueblo grande que la capital de todo un país. Eso sí, una ciudad preciosa, como comprobaréis a continuación.
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Nada más salir de la estación, que se encuentra muy próxima al centro histórico, destaca la Heiliggeistkirche (Iglesia del Espíritu Santo), iglesia barroca que data de 1729:
Giramos por Spitalgasse, y nos encontramos con la fuente Pfeiferbrunnen (Fuente del Gaitero):
Uno de los recuerdos que te quedaran tras visitar las calles de la Berna medieval son las incontables fuentes, cuyas figuras de colores contrastan con las grises fachadas de las casas. Al igual que en otras ciudades como Wroclaw (Polonia) se buscan enanitos o en Bratislava (Eslovaquia) se buscan estatuas, en Berna puedes entretenerte visitando algunas de las fuentes que salpican todo el casco histórico.
Al final de la calle, se encuentra la Torre de la Prisión (Käfigturm) (Marktgasse, 67), construida en el S. XIII, y que hasta 1897 sirvió como cárcel:
En lugar de continuar rectos, nos desviamos hasta Bundesplatz (Plaza del Gobierno), llamada así porque aquí se encuentra el Palacio Federal (Bundesplatz, 3), sede del Parlamento:
Cerca de ésta, se encuentra otra plaza que merece la pena ver: Theater Platz, donde se ubica el teatro:
Ahora sí, tomamos la céntrica Marktgasse, la cual va cambiando de nombre y atraviesa todo el centro:
Uno de los edificios más famosos de la ciudad es la Torre del Reloj (Zytglogge) (Bim Zytglogge, 1). Se construyó en el S. XII y tiene un reloj astronómico precioso (S. XVI), que te recordará mucho al reloj de Praga:
Cada hora en punto, las figuras del reloj se mueven, por lo que verás más acumulación de gente por los alrededores:
A partir de aquí, la calle toma el nombre de Kramgasse, y llama la atención la acumulación de grandes banderas, entre ellas, la del oso que representa a la ciudad:
Una de las fuentes más famosas, es la Fuente del Ogro (Kindlifresserbrunnen), que devora a los niños que se portan mal:
Otra cosa que nos llamó la atención, es el acceso a las tiendas a través de un pasadizo que se adentra en el suelo:
Estando en Suiza, no te olvides de visitar alguna de las tiendas que venden chocolate:
Siguiendo con el paseo, llegamos a la Fuente de los Zahringer (Zahringerbrunnen) (Kramgasse), que debe el nombre a una antigua y poderosa familia alemana:
Un poquito más adelante, nos encontramos con la Fuente de Sanson (Simsonbrunnen) (Kramgasse):
Si estás interesado en la ciencia, en esta ciudad vivió Einstein durante un corto periodo de tiempo, desarrollando la Teoría de la Relatividad. Puedes visitar la casa donde vivió: Einstein Haus (Kramgasse, 49):
Abandonando Kramgasse, y atraídos por su torre de 100 metros, llegamos a la Catedral (Munster) (Munsterplatz, 1). Se empezó a construir en el S.XIII aunque no se terminó hasta el S. XIX. Es de estilo gótico tardío:
Su enorme tamaño, la hace destacar más si cabe, en esta ciudad tan pequeña:
Os aconsejamos, acercaros hasta el mirador que hay en la Catedral, en la zona del río Aare, con bonitas vistas:
Continuamos el agradable paseo, hasta llegar a la Iglesia San Pedro y San Pablo (Rathausgasse, 2), de culto católico cristiano y muy moderna (S. XIX):
Las pinturas del techo y las cristaleras son de estilo Art Noveau:
Al lado de la iglesia, se encuentra el bonito edificio del Ayuntamiento (Rathaus) (Rathausplatz, 2), construido en el S. XV en estilo gótico tardío:
Curioseamos por algunas de las calles del casco histórico, descubriendo alguna fuente más como la Vennerbrunnen:
Volvimos a retomar la calle principal, que de nuevo cambia de nombre, y como no, hay otra famosa fuente, la Fuente de la Justicia (Gerechtigkeitsbrunnen) (Gerechtigkeitsgasse):
La calle desemboca en una iglesia con un pináculo muy bonito, la Nydeggkirche (Nydeggasse), ya casi a orillas del Aare:
Tras cruzar el puente, se llega a Baren Park (Parque de los Osos) (Grosser Muristalden, 6). El oso pardo es el icono de la ciudad de Berna y se ha reservado una zona verde junto al río para ellos:
Se supone que habitan una pareja de osos, aunque nosotros no llegamos a verlos. La verdad que es una pena que los tengan en un espacio tan reducido:
Nuestro objetivo, no era éste, sino llegar al Rosengarten (Jardín de las Rosas) (AlterAargauerstalden, 31b). Más que las variedades de rosas, nos atraían especialmente las vistas maravillosas al casco antiguo de la ciudad. La verdad es que quitaban el hipo, y una merecida recompensa, pues hay que subir una pendiente un poco inclinada:
Aquí puedes contemplar Berna a tus pies:
Para comer, nos habían recomendado el restaurante Altes Tramdepot, uno de los más famosos de la ciudad. Estratégicamente situado al lado del Baren Park. Es el típico sitio aleman, donde tomar cerveza (elaborada artesanalmente por ellos) y comer raciones generosas. El precio era algo caro, pero contenido para ser Suiza (donde suele ser carísimo comer).
Tras la comida, deambulamos de nuevo más tranquilamente por el centro, y decidimos tomar café en el Restaurante Schewellenmaetelli (Dalmaziquai, 11), ubicado en una plataforma prácticamente situada sobre el mismo río. Es el que se ve en la parte de abajo de esta foto:
Es un gran lugar para tomar algo tranquilamente, con grandes vistas a la Catedral y al río:
Desde aquí, nos quedaba cerca el Museo de Historia (Helvetiaplatz, 5), el cual alberga también al Museo de Einstein. El edificio nos recordó mucho exteriormente al Castillo Vajdahunyad de Budapest:
Habiendo visitado lo principal de la ciudad, nos dirigimos de vuelta a la estación, viendo algunos otros edificios por el camino como la Franzosische Kirche (Iglesia Francesa) (Predigergasse, 1):
Otro edificio, por el que pasamos fue el Volkshaus, que actualmente alberga un restaurante:
También pasamos por la Waisenhaus Platz, con una bonita edificación que captó nuestra atención:
Para despedirnos ya de paso de las fuentes, vimos la moradita Ryfflibrunnen:
Una vez en la estación, tomamos el tren de las 16:34 llegando a Laussane a las 17:40. Como veis, queda muy cerquita de esta ciudad. Sin duda, merece la pena dedicar un día a conocer la capital helvética.
Esperemos que os haya gustado el paseo por esta ciudad, y haberos animado a visitarla o servido de ayuda. Os invitamos (y agradecemos) a que nos acompañéis en Facebook, Twitter e Instagram. También nos podéis dejar cualquier comentario o pregunta, nos encanta ayudar a los demás, igual que muchos otros nos ayudan con sus relatos y experiencias.