Castañar de Casillas (Ávila)

A primeros de Diciembre de 2022, apurando al máximo la mejor época para visitar castañares, que suelen ser las 2 semanas centrales de Noviembre, y aprovechando que este año el frío ha llegado más tarde, nos animamos a acercanos a Casillas, un pueblo completamente rodeado por espectaculares castaños:

Castañar de Casillas (Ávila)

3’83 KM1h 15′Baja148 M.>3 añosNo
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Castañar de Casillas

He de decir, que la carretera que lleva a Casillas desde Madrid, una vez que dejas la M-501 a la altura de Rozas de Puerto Real y en la rotonda coges la M-549 para ir a Casillas, es espectacular en otoño, sobretodo a la altura del Embalse de los Morales.

Esta ruta que os proponemos está pensada para hacer con niños, ya que es muy corta, no llegando a 4 km. Sí que es cierto que tiene un par de puntos donde hay algo de desnivel si vas con niños muy pequeños. Nosotros la hicimos con nuestros hijos de 2 y 5 años y yendo con cuidado no tuvimos problema.

Puedes encontrar rutas de wikiloc más largas, ya que ésta está centrada en la parte occidental, pero en la parte oriental del pueblo también hay multitud de castaños. Se pueden enlazar ambas.

Parking

Para realizar esta ruta se puede dejar el coche en un parking gratuito que hay en la Piscina Municipal «La Manotera». Nosotros llegamos a las 11:30 y apenas estaba ocupado el parking. Era domingo, justo antes del Puente de Diciembre, y daban tiempo no muy bueno, así que no tuvimos problema, pero quizás en otra época se llene. En cualquier caso, se puede dejar el coche también en el entorno de la Ermita de San Isidro, otro sitio que no te puedes perder:

Castañar de Casillas, Avila, España

Al lado del parking, aparte de la piscina, hay pistas de padel y campos de fútbol.

Si haces la ruta en el sentido que la hicimos nosotros, vas a tener un principio de ruta por una parte más dificultosa con desnivel y luego una parte final muy sencilla, por una carretera que incluso se podría ir con carrito. Si la haces al revés vas a tener una subida cómoda por la carretera y un final de ruta con unas bajadas más pronunciadas. Es cuestión de gustos.

Una vez aparcados, tomamos hacia la derecha y cogemos una carretera cuesta abajo que nos lleva en pocos metros hasta nuestra primera parada: la Fuente El Linar:

Fuente El Linar

Una vez alcanzada esta fuente, comienza de verdad la ruta, ¿preparados para adentrarnos en este formidable bosque de castaños?:

Castañar de Casillas, Avila, España

Justo detrás de la fuente, a la altura del cartel blanco de la foto de arriba, sale un senderito, que es una Senda Micológica;

Senda Micológica

Esta parte tiene algo de desnivel y algunas rocas, por lo que si vas con niños pequeños hay que tener algo de cuidado, sin embargo, creo que es la parte más bonita de toda la ruta. Nos pareció espectacular el «modo alfombra» con todas las hojas cubriendo el suelo:

Castañar de Casillas, Avila, España

En efecto, en esta zona proliferan las setas, bajo unas condiciones idóneas de temperatura y humedad:

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

Una vez superado el desnivel, empiezan a aparecer los primeros castaños de buen porte de la ruta:

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

También hay muchos helechos, que con el tono rojizo adquirido, junto a las hojas por el suelo dotan de gran encanto a toda esta zona:

Castañar de Casillas, Avila, España

Castaño Centenario

Este castaño cuyo nombre popular es Castaño Milenario (aunque no llega a tanto), pertenece a la especie «Castanea sativa«. Es de propiedad privada y está ubicado en la zona denominada El Linar, en el Camino de la Cuesta:

Castañar de Casillas, Avila, España

Los motivos de su singularidad son la edad y el porte (altura y tronco principal).
Se encuentra a una altitud de 1131 m. Es absolutamente impresionante, y merecería la pena venir hasta aquí sólo por contemplarlo:

Castañar de Casillas, Avila, España

Tiene una altura de 29,5 m, base de 3,5 m, copa de 26 m, diámetro estimado de 2,17 m, perímetro normal de 6,82 m, superficie de copa 546,36 m2 y una edad estimada de más de 500 años:

Castañar de Casillas, Avila, España

No es el árbol más increíble que haya visto nunca, el cual es la higuera Curtain Fig Tree en Yungaburra (Australia), pero resulta mucho más espectacular que el Castaño El Abuelo de El Tiemblo, otro castaño colosal, de unos 600 años, pero que ha llegado en peores condiciones que éste de Casillas.

Seguimos con la ruta, agradeciendo la suerte que hemos tenido de elegir este día, apenas hay gente y por el camino da la sensación que hace tiempo que no ha pasado nadie. Otra ventaja de este castañar respecto al de El Tiemblo, es que hay mucha menos gente visitándolo y además es gratuito (en el de El Tiemblo cobran por coche y por persona, al menos los fines de semana y festivos en época fuerte de visitas (otoño)):

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

Por el camino, encontrarás multitud de árboles, principalmente castaños, de mayor o menor porte:

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

Venero Moro

El día no era demasiado frío, pero sí con mucha humedad, y hubo momentos en los que había niebla, lo cual a mi juicio le daba más encanto al lugar. Seguimos por una zona conocida como Venero Moro, que tiene algo de desnivel. Es la parte más dura de la ruta (para hacer con niños), junto a la parte de la Senda Micológica:

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

Carretera del Puerto de Casillas

Una vez culminada la subida por el Venero Moro, enlazamos con la Carretera del Puerto de Casillas, a partir de aquí la ruta transcurre por esta carretera hasta llegar a la Ermita de San Isidro. No pasan muchos coches, pero hay que tener cuidado con los niños. Esta parte hasta la Ermita se podría hacer hasta con carrito de bebé.

Cuesta abajo, van apareciendo fincas particulares con algunos grandes ejemplares de castaños. No se puede pasar, pero se ven perfectamente desde la carretera:

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

En las proximidades de la Ermita de San Isidro, es donde más fincas con castaños se ven:

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

No me voy a repetir más, pero el paisaje estaba precioso, no te vas a cansar de sacar fotografías durante todo el recorrido:

Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España
Castañar de Casillas, Avila, España

Ermita de San Isidro

Casi al final de la ruta, se llega a esta ermita, de tamaño más que respetable y reciente construcción. Es de planta cuadrangular, tejado a cuatro aguas y pórtico de acceso. Está en un paraje muy bonito, con una charca enfrente donde se refleja la ermita, y rodeada de ´arboles por detrás:

Castañar de Casillas, Avila, España

Está situada en medio de la pradera (un buen punto para que los niños jueguen y corran), en la zona más alta del término municipal y, desde hace unos años, el día de la fiesta del santo se celebra en ella una romería.

Si te gusta el otoño y quieres conocer otros castañares en Madrid y alrededores. Te recomiendo el Castañar de El Tiemblo (Ávila), el Castañar de Rozas de Puerto Real (Madrid) o los Castaños centenarios de Zarzalejo (Madrid).

Una vez visitado el castañar, es buena opción quedarte a comer en el pueblo. Nosotros lo hicimos en el Bar La Rama, donde dimos cuenta de un buen chuletón de Ávila.

De vuelta a Madrid, decidimos parar a echar un café en la localidad de Villa del Prado, que cuenta con una muy bonita Plaza Mayor, la cual encontramos decorada por Navidad.

Villa del Prado (Madrid)

Su historia ha estado ligada durante siglos al poblado de El Alamín, plaza defensiva musulmana situada en un punto estratégico entre las dos Castillas. El Alamín era una villa bien poblada y con una creciente economía. Tanto es así que en uno de sus cercanos prados, de aquí el topónimo del municipio que pasó a llamarse El Prado, se construyó la primera casa llamada Casa del Guarda.

En el S. XII el rey Alfonso VIII donó El Alamín junto con sus aldeas, entre las que se encontraba Villa del Prado, al arzobispo de Toledo que las tendría en posesión hasta 1436. En ese mismo año El Alamín fue vendido a don Álvaro de Luna concediéndole el privilegio de Villa en 1497.

En los últimos años ha primado la actividad agrícola, con cultivos de vid, olivar y huertas. Es conocido como la “Huerta de Madrid” por ser el mayor productor de verduras y hortalizas. Es también uno de los mayores productores de vino de la región:

Villa del Prado, Madrid, España

Iglesia de Santiago Apóstol

Su construcción se inicia en el S. XV y se culmina con la torre herreriana un siglo después. A excepción de la torre herreriana, su estilo es gótico. Intervinieron en su construcción Hernán González de Lara, Maestro Mayor de la Catedral de Toledo y Pedro de Tolosa, aparejador de cantería del Monasterio de El Escorial:

Villa del Prado, Madrid, España

El edificio es de mampostería de granito en el que destaca entre otros elementos, la Torre del Campanario y la Torre de la Espadaña.

El conjunto  alcanza en 1980 la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) al ser considerada como uno de los elementos destacados del patrimonio histórico-artístico madrileño:

Villa del Prado, Madrid, España

En los últimos trabajos de restauración del interior se descubrieron pinturas desconocidas bajo los diferentes encalados a los que había sido sometido el templo en el S. XIX. Estos frescos con motivos sacros y civiles, han propiciado que a la iglesia se le conozca como la «Capilla Sixtina de Madrid» No pudimos verlos, al encontrarnos la iglesia cerrada:

Villa del Prado, Madrid, España

Ayuntamiento

Se sitúa en el entorno de la Plaza Mayor junto a la Iglesia de Santiago Apóstol. Es el lugar público más importante del Municipio y en su entorno podemos encontrar numerosas edificaciones de viviendas urbanas de carácter solariego. Además de las funciones municipales propias, este edificio del S. XVI fue antes depósito de cereales, vivienda, escuela y cárcel:

Villa del Prado, Madrid, España


Ha sufrido numerosas remodelaciones a lo largo de sus 5 siglos de vida y restaurado recientemente al quedar destruida parte de su fachada por un incendio el día de navidad del año 2015 al arder el belén navideño que tradicionalmente alojan sus soportales. Un belén que, por cierto, ya estaba montado durante nuestra visita, bastante grandecito y dotado de figuras con movimiento:

Villa del Prado, Madrid, España

Biblioteca Municipal «Nuestra Señora de Poveda»

Ubicada en el lateral Sur de la Plaza Mayor, fue construida a mediados del S. XX como un grupo escolar y restaurada en 1991 como Biblioteca Pública Municipal:

Villa del Prado, Madrid, España

Centro Cultural Pedro de Tolosa

Villa del Prado es una de las mayores productora de vino de toda la región y cuenta con más de 1000 hectáreas dedicadas a las vides. Además es un pueblo rico en cuevas artificiales, que se construían para conservar el vino y otros alimentos.

Este centro, antigua casa solariega reconstruida en 2001, alberga en su sótano una magnífica muestra de lo que antaño fueron las bodegas existentes en los hogares del municipio además de tener una cueva visitable en excelente estado de conservación:

Villa del Prado, Madrid, España

Plaza Mayor

En época navideña, aparte del belén, se monta una pequeña feria con un carrusel, trenecito para los niños, puestos de algodón de azúcar:

Villa del Prado, Madrid, España
Villa del Prado, Madrid, España

Fuente de los Caños

De carácter mural, está construida en granito y dispone de dos caños de agua en forma de cabezas de león y de un gran vaso rectangular:

Villa del Prado, Madrid, España
 

Publicado por

fmarquezarroyo

Nací en la genial cosecha de 1981. Soy el planificador de la pareja (quizás tenga que ver que soy Informático y algo cuadriculado). Me gusta llevar todo bien atado para evitar sorpresas. Soy bastante robótico cuando salgo de viaje: puedo dormir pocas horas, no sentir las inclemencias del tiempo o patear muchos kilómetros, con tal de no dejarme cosas sin ver. No me gusta repetir ciudades con tantos sitios por descubrir... Cuando no estoy pensando en viajes (vivo en un wanderlust contínuo), me gusta ir al gimnasio, leer (fantasía y ciencia ficción, sobre todo) y jugar a las cartas (mus, tute, poker ... no por nada me llaman Timbas).

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