DIA 1: SABADO 23 JULIO 2016: MADRID – ESTAMBUL – SINGAPUR
Después de varios días de intranquilidad como consecuencia del intento de golpe de estado en Turquía, llegamos a las 18:00 al aeropuerto de Singapur en un vuelo de Turkish Airlines, previa escala en Estambul, y salida de Madrid a las 18:00 del día anterior. Por suerte, no hubo retrasos.
Hacía tiempo que teníamos ganas de conocer esta ciudad-estado, y el viaje a Australia nos ofrecía una muy buena excusa para parar a visitar este país. Por un lado, no hacíamos el viaje del tirón, y por otro lado, hay muy buenas ofertas de vuelos desde Singapur a Darwin, lugar dónde empezaríamos nuestra andadura por Australia.
Este último vuelo, salía al día siguiente a las 23:00, por lo que apenas disponíamos de algo más de 24 horas para conocer Singapur. Por esta razón, decidimos elegir un hotel céntrico, con buenas conexiones en metro para conocer los barrios étnicos (Chinatown, Little India y Arab Quarter), así como a la zona de la bahía donde se encuentran dos de las principales atracciones de Singapur: el hotel Marina Bay Sands y los impresionantes Gardens by the Bay.
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Nuestra elección fue el hotel Clover the Arts, en medio de Chinatown, y con acceso muy rápido a pie a Clarke Quay y a dos líneas de metro. El precio fue de 75€ la noche, bastante barato para tratarse de Singapur, dónde el precio de los hoteles es bastante elevado.
La habitación no era muy grande, pero sí muy acogedora, y nos sorprendieron muy gratamente las vistas, ya que se veía muy cerca el distrito financiero de la ciudad, así como el Marina Bay Sands desde la mismísima cama. Todo un lujazo que no nos esperábamos:
Como íbamos cortos de tiempo en esta visita express a Singapur, llegamos al hotel desde el aeropuerto en taxi, el cual nos costó 26 SGD. Por cierto, la velocidad de los funcionarios de inmigración en Singapur es legendaria, pudiendo comprobar tu foto varias veces, mirándote de reojo, mientras escriben en el ordenador a toda velocidad. Todo un ejemplo de eficiencia.
El espectáculo de luz y sonido de los Gardens by the Bay empezaba a las 20:45, así que teníamos el tiempo justo para darnos una ducha en el hotel y salir pitando a la zona de la bahía.
Para llegar, la forma que elegimos fue tomar el metro DT18 Telok Ayer – DT16 Bayfront (DT=Downtown). Las paradas se encuentran numeradas por lo que ayuda a orientarse, y saber si vas en el sentido correcto.
En el camino hacia el metro de Telok Ayer, ya pudimos apreciar los contrastes que arroja esta ciudad, donde puedes encontrarte un templo chino, al lado de rascacielos como el UOB Plaza One, de 280 metros de altura.
Al salir del metro de Bayfront, basta con seguir a la multitud de gente que va a ver el espectáculo de luces y sonido, aunque el camino se encuentra bien indicado.
El espectáculo es gratuito y merece mucho la pena, sin duda, parada imprescindible si se visita la ciudad. Nosotros os recomendamos llegar justo hasta la zona de los súper árboles, y allí tumbarse, imitando a la gente, y contemplar esta maravilla:
Además desde esta zona se tienen unas vistas increíbles del Marina Bay Sands, así como de la noria Singapore Flyer:
Una vez concluido el espectáculo, teníamos como objetivo cenar en uno de los hawker más famosos de Singapur: Makansutra Glutton’s Bay.
Para llegar allí, atravesamos el Marina Bay Sands, con su peculiar forma inclinada:
Y atravesamos el Helix Bridge, un puente peatonal de curiosa forma, que recuerda a la estructura del ADN:
Desde aquí hay unas preciosas vistas del ArtScience Museum, con forma de flor de loto, así como de los rascacielos de la bahía:
Así como una buena panorámica del Marina Bay Sands, terminado en su peculiar forma de «tabla de surf»:
Una vez cruzado el puente, y girando a la izquierda, pasada la zona del curioso campo de fútbol flotante «The Float«, la mayor plataforma del mundo y con gradas para 30.000 espectadores, se llega a la zona del Makansutra Glutton’s Bay.
Un hawker, no es más que un espacio, donde hay varios puestos de comidas y bebidas, y una zona común, con sillas y mesas más bien cutres, pero ahí es donde reside parte de su encanto:
Si te gusta la comida callejera asiática, disfrutarás de estos lugares. Nosotros cenamos varios platos que venían a a costar entre 5,5 y 6,5 SGD, una cerveza Tiger: 5 SGD y un zumo de piña: 3 SGD, para que os hagáis una idea de precios.
El hawker está al lado de la bahía, por lo que se tiene una muy buena imagen de los rascacielos de la Marina, aunque, sinceramente la Marina de Dubai nos pareció más espectacular:
A partir de aquí, nos quedamos sin batería en la cámara, así que perdón por la calidad de las siguientes fotos, tomadas con el móvil.
Al ladito del hawker, se encuentra Esplanade – Theatres on the Bay, con su peculiar forma de Durian (esa fruta de agradable sabor, pero repugnante olor, por el cual está prohibida en los hoteles y hasta en el metro de Singapur), el cual funciona como sala de conciertos, teatro,…:
En esta zona, se tiene una muy buena perspectiva del Marina Bay Sands, dónde también hacen un espectáculo de luces sobre el edificio, aunque sinceramente, es mucho mejor el del Gardens by the Bay:
Atravesando el Jubilee Bridge, se llega a otra de las atracciones de Singapur, el Merlion, el símbolo de la ciudad, con cabeza de león y cuerpo de pez. Quitando lo icónico del lugar, no es especialmente bonito:
Cansados ya del largo viaje en avión y los paseos de este día, pusimos rumbo al hotel, el cual no quedaba muy lejos, atravesando otra bonita zona conocida como Boat Quay:
Sobre las 00:00 caímos en las garras de Morfeo, esperábamos coger fuerzas para visitar al día siguiente los barrios de Little India, Chinatown y Arab Quarter, así como otra visita de día al Gardens by the Bay y al Marina Bay Sands, para ya a última hora del día coger un vuelo nocturno que en 4 horas y 30 minutos, nos llevaría a pisar Darwin, nuestro primer destino en Australia.