Buscando pueblos en los alrededores a los que hacer una excursión desde Madrid que pillaran cerca para viajar con la peque, no encontrábamos ninguno que nos cuadrara: en unos haría demasiado frío y sería mejor visitarlos en otra época más cálida, otros estaban demasiado lejos para ir y volver en el día y muchos otros ya los habíamos visitado.
De repente, mis ojos repararon en una capital de provincia, muy cercana a Madrid, que nunca había llamado demasiado mi atención para hacer una visita turística: Guadalajara. De hecho, he de reconocer que después de 36 años viviendo en Madrid, jamás había pisado esta ciudad. Buscamos información por Internet, y parecía que la ciudad tenía algunas cosas interesantes que ver, así que en el Puente de Diciembre de 2017 realizamos una visita a nuestra ciudad vecina.
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No vamos a engañar a nadie, la ciudad no destaca especialmente por su belleza: no hay un casco antiguo bien definido ni especialmente bonito y se nota dejadez en las fachadas de algunos edificios, pero sí que tiene varias joyitas escondidas, que hacen que bien merezca la pena acercarse a conocerla. Esperamos que esta entrada os anime a darle una oportunidad.
Salimos bastante tarde de Madrid, sobre las 11:30 y a las 12:15 estábamos aparcando muy cerquita del Palacio del Infantado, el monumento más conocido de la ciudad. Era festivo (6 de Diciembre) y encontramos bastantes plazas libres (zona verde) en la calle de Álvar Fáñez de Minaya.
En esta misma calle se encuentra elTorreón de Álvar Fáñez de Minaya, una torre de la antigua muralla de la ciudad. Aunque toma su nombre de Álvar Fáñez, lugarteniente del Cid, en realidad la torre y muralla se levantaron tres siglos después. Hoy en día acoge un centro de interpretación del escudo de armas de la ciudad (visitable, 1€):
El parque que se ve detrás es el Parque de la Huerta de San Antonio:
A pocos pasos, llegamos hasta el emblemático Palacio del Infantado, mandado construir a finales del S. XV por la familia Mendoza. La fachada principal, de estilo gótico isabelino, es una preciosidad. A veces es comparada con la Casa de las Conchas de Salamanca, aunque para nosotros es bastante más bonito este edificio:
Muy cerquita está laEstatua del Cardenal Mendoza, un eclesiástico, político y militar del S. XV que gozó de gran poder:
El elemento decorativo más destacado son las puntas de diamante que dotan al edificio de un encanto especial:
La puerta llama poderosamente la atención, presidida por el escudo de armas de los Mendoza:
Actualmente, el edificio acoge en su interior al Museo Histórico de Guadalajara, aunque es posible acceder al patio de manera gratuita.
El Patio de los Leones, de forma rectangular, presenta doble arquería. En el nivel inferior hay representados leones, y en el nivel superior, grifos (criatura mitológica):
Sobre las columnas se intercalan los escudos de armas de los Mendoza y de los Luna:
Visitado el principal monumento de la ciudad, callejeamos un poco y llegamos a laIglesia de Santiago, que sólo vimos por fuera, ya que casi todos los monumentos cierran a las 14:00 en su horario matutino e íbamos un poco justos de tiempo:
En la misma calle (Teniente Figueroa), tras atravesar una verja, se llega alConvento de la Piedad (Palacio de Antonio de Mendoza). El palacio fue construido en torno a 1510 y la iglesia anexa sobre el 1525. La visita es gratuita.
A simple vista y sin entender de arte, se aprecia que ambas portadas (la de la iglesia y la del palacio) tienen un alto valor artístico:
El interior del palacio acoge hoy en día un instituto, y posee un bonito patio, de planta cuadrada, que representa uno de los mejores ejemplos de la primera arquitectura renacentista en Castilla:
Es posible acceder al piso superior para una mejor visión del conjunto, donde también llama la atención la azulejería:
Seguimos con el paseo, y desembocamos al lado delConvento de Carmelitas Descalzas de San José, construido en el S. XVII. En la fachada, se aprecian los escudos de los fundadores del convento, Frías y Mendoza:
Muy cerquita, se encuentra el Palacio de la Cotilla, un palacete del S. XVII (visitable, 1€):
Su austero aspecto exterior, esconde una verdadera maravilla en su interior: el Salón de Té Chino, una de las cosas que más nos gustaron de la visita a la ciudad. Se encuentra en la segunda planta y hay ascensor (para los que vayan con carrito como nosotros).
Tres de las cuatro paredes de esta sala están decorados con delicada pintura china sobre papel de arroz, que revela el gusto de la alta aristocracia del S. XVIII por la sociedad oriental.
En los dibujos se escenifica la llegada de un ministro manchú (grupo étnico fundador de la dinastía imperial Qing) a un poblado chino con la intención de alistar campesinos al ejército imperial:
La verdad que nos pareció una verdadera maravilla, sobre todo recrearte en todos los detalles de las figuras: los sombreros típicos, el séquito del ministro, los afeitados de la cabeza con coleta de los campesinos, …:
Estos otros hombres constituían una especia de guardia urbana del poblado, apostados para acompañar que la llegada del ministro transcurriera sin incidentes:
Si visitáis la ciudad, no os podéis perder esta verdadera joya, visita imprescindible a nuestro parecer.
Muy cerquita del palacio, se encuentra la Capilla de Don Luis de Lucena. Tiene un exterior muy curioso con aire de fortaleza, que no parece encajar donde está situado, con ese bloque de viviendas detrás:
En el interior (visitable, 1€), se pueden apreciar los restos de la capilla de los Orozco:
Así como algunas esculturas yacentes elaboradas en alabastro:
Aunque lo que más llama la atención son los coloridos frescos de Rómulo Cincinato, un pintor manierista florentino del S. XVI:
No olvides subir por las diminutas escaleras de caracol ubicadas al final de la capilla, para poder apreciar los frescos desde más cerca:
Justo enfrente de la capilla, se encuentra laConcatedral de Santa María, una iglesia de finales del S. XIII, de estilo mudéjar (como se puede apreciar en la forma de la puerta de entrada) y que desde la Edad Media se ha convertido en la iglesia más importante de la ciudad:
En el interior destaca el magnífico retablo de Francisco de Mir:
Exteriormente llaman la atención tanto las esbeltas columnas como la torre de ladrillo:
Caminando un poco por la parte de detrás de la Concatedral, se llega hasta elTorreón del Alamin, otra de las torres que se conservan de la muralla de la ciudad, ubicada sobre el barranco del Alamín. Se puede visitar el interior, donde hay un centro de interpretación de la muralla:
Seguimos por el paseo, y culebreando, llegamos hasta la Plaza Mayor, donde destaca el Ayuntamiento. El edificio actual es de comienzos del S. XX:
Tomamos la Calle Mayor, y nos encontramos con laIglesia de San Nicolás el Real (S. XVII), que se encontraba cerrada:
Un poco más adelante, se encuentra otra de las iglesias destacadas de la ciudad, laIglesia de San Ginés, con una curiosa fachada de tipo «retablo»:
Eran ya las 14:00 pasadas, así que nos dirigimos al restaurante que teníamos reservado. Antes pasamos por el Parque de la Concordia:
Comimos en el restaurante Don Tostajo, está especializado en comida de la tierra: gachas, migas y asados. Nos trataron cariñosamente y degustamos la especialidad de la casa: las costillas. También hay una gran variedad de tostas. Un sitio recomendable:
Después de comer, nos acercamos dando un paseo hasta la Ermita de San Roque:
Justo al lado, se encuentra el espectacular Panteón de la Duquesa de Sevillano. Seguramente, el monumento más bonito y espectacular de la ciudad.
Fue construido a finales del S. XIX por el arquitecto Ricardo Velazquez Bosco para María Diega Desmaissières y Sevillano, una mujer muy acaudalada ya que heredó grandes fortunas y propiedades tanto de su familia paterna como materna:
Fue una mujer muy querida en la ciudad, ya que ofreció trabajo en un momento bastante complicado con la salida de los Mendoza de la localidad.
Trató que la construcción del panteón durara lo máximo posible (al final 31 años), y además ofreció a los trabajadores buenas condiciones laborales (sobre todo para aquella época): les pagaba domingos y festivos, les ofrecía ayudas sociales, les sufragaba asistencia sanitaria y hasta ponía escuelas a disposición de los hijos de los trabajadores:
Es por ello, que su muerte fue muy llorada, y a su entierro acudió una gran cantidad de gente, fruto del cariño que se le tenía:
El panteón está dividido en dos niveles, el superior dedicado al culto, con una espectacular bóveda de aire bizantino:
Y el nivel inferior, donde se encuentra la cripta (hay que bajar unas cuantas escaleras, al principio algo estrechas pero luego mejora la cosa) donde se encuentra el precioso sepulcro donde está enterrada la duquesa, obra de Ángel García Díaz. Aquí también se encuentran enterrados muchos de sus parientes más cercanos:
No os podéis ir de la ciudad sin visitar este precioso monumento (la entrada son 3€, pero al juntarnos 10 personas en la puerta nos hicieron precio de grupo, y al final fue sólo 1€):
En la parte de atrás del panteón hay un camino, por el que se llega al Colegio Niña Maria RR Adotratrices:
A lo lejos se aprecia laIglesia de Santa María Micaela. Parece que su interior es precioso, aunque nosotros no tuvimos oportunidad de visitarla por dentro:
Desde aquí, emprendimos el camino de vuelta al coche, atravesando todo el centro y compramos en una pastelería uno de los postres más típicos: los bizcochos borrachos, una delicia de almíbar y canela, apta para un par de golosos como nosotros.
Nos despedimos del Palacio del Infantado, y de laIglesia de los Remedios, ubicada justo enfrente:
Una gran excursión que nunca olvidaremos, ya que fue la primera que hicimos con nuestra bebé, Marina.
Esperemos que os haya gustado el paseo por esta ciudad, y haberos animado a visitarla o servido de ayuda. Os invitamos (y agradecemos) a que nos acompañéis en Facebook, Twitter e Instagram. También nos podéis dejar cualquier comentario o pregunta, nos encanta ayudar a los demás, igual que muchos otros nos ayudan con sus relatos y experiencias.
Muchas gracias por lo q me toca d guadalajareña…
Espero q ya os habréis documentado totalmente d ésta, nuestra ciudad… Y hayáis vuelto con vuestra familia…
Aquí estuvieron Cobarrubias y Lorenzo Vázquez, por ejemplo. Así como Juan Guas…
En el siglo XVI se la llamaba «La Atenas Alcarreña»
Saludos.
Gracias, no sabíamos lo de Atenas Alcarreña.
Este año hemos visitado Cogolludo, Jadraque, Hita y Pastrana, así que le hemos cogido el gusto, jeje.
Gracias por comentar!