A finales de Diciembre de 2021, aprovechando las vacaciones de Navidad y un día invernal con muy buena temperatura y despejado (tras unos cuantos días seguidos de lluvias), me acerqué hasta Miraflores de la Sierra, en busca de un par de chorreras (Chorreras de los Arroyos) que añadir a mi lista de cascadas en Madrid.
Con esta ruta, cierro mi primer año de senderismo, una afición que se ha convertido en adictiva, ¡tenía que haberlo descubierto antes!:
13’4 KM | 2H 40′ | Media | 390 M. | >7 años | Sí | No | No |
Índice
Chorreras de los Arroyos y Robles 17 Hermanos (Miraflores de la Sierra)
Parking
Para realizar esta ruta de senderismo, lo óptimo es dejar el coche en el parking del Área recreativa Fuente del Cura al lado del chiringuito Fuente del Cura y de El Puentecillo. Éste es el estado del parking a las 10:30 de un martes de Navidad:
A pocos metros del parking se encuentran un par de fuentes: la Fuente de la Villa y la Fuente del Cura. El camino por el que transcurre la ruta pasa por la Fuente de la Villa, la cual creo que la gente confunde con la Fuente del Cura, que está en realidad casi enfrente, pero en un camino paralelo que se encuentra más abajo.
Tomamos una pista asfaltada que sale del parking, y en pocos metros llegamos a la Fuente de la Villa, rodeada por un magnifico robledal, con todas sus hojas cubriendo el suelo, en estos principios del invierno.
Fuente de la Villa
Fue reconstruida en 1970 con varios niveles y bancos. Recuperada de su abandono a finales de los años 60 del pasado siglo, sus frías aguas tuvieron fama de devolver el ánimo a jóvenes inapetentes.
También era conocida por sus sanguijuelas, muy utilizadas en la medicina de entonces, que abundaban en los charcos que se formaban en la zona:
Fuente del Cura
Recibe su nombre por haber sido propiedad de Juan González Borizo, eclesiástico del S. XVI., oriundo de Miraflores, cuando aún se llamaba Porquerizas. Fallecido en 1631 y entrerrado en la iglesia, donó sus propiedades al municipio.
La estructura actual de la fuente (1888) está compuesta por una pilastra de piedra con moldura y remate piramidal. A sus pies, hay una pequeña pila de granito y un abrevadero, que reciben el agua sobrante:
Continuamos camino por una pista muy sencilla, que nos va regalando de vez en cuando, hermosas vistas al Cerro de San Pedro, un monte isla que se alza imponente, a lo lejos:
Pinar de Aguirre
La ruta se empieza a animar, cuando llegamos a la zona de un extenso pinar:
Superada una barrera, la pista pica para arriba y nos rodea por completo de pino silvestre. El trazado empieza a zigzaguear (zetas), en contínuo ascenso. Cuando llegamos a la altura de la foto de abajo, hay que salirse de la pista y adentrarse por el camino que se intuye de frente. Vamos en busca de la primera de las dos chorreras, la Chorrera del Barranco de los Eriales:
Chorrera del Barranco de los Eriales
Uno de los principales atractivos de esta ruta es disfrutar del agua que ofrecen los muchos arroyos que bañan estas tierras, cuyos cursos serpentean por profundos barrancos y forman llamativos saltos cuando han de sortear los afloramientos de piedras:
Esta chorrera es la más pequeña de las dos que visitaremos hoy, pero el entorno con el musgo y la ubicación de los árboles, le confieren bastante encanto:
Salimos de la chorrera y deshaciendo unos metros el camino, tomamos una senda que sale a nuestra izquierda, con un terreno más incómodo que por el que hemos estado transitando:
Es una parte muy agradable de la ruta, paseando entre arroyos y por el medio del pinar:
Hay un momento en el que se abre un claro a la izquierda del camino, nos encontramos sobre las aguas del Barranco de los Eriales, alcanzando un magnifico mirador desde el que se contemplan el Embalse de Santillana y el omnipresente en esta ruta, Cerro de San Pedro (1425 m.):
Visitado este mirador natural, retomamos la senda y en pocos metros llegamos el Barranco de la Hoyuela. Para visitar la chorrera, debemos desviarnos a la izquierda, campo a través, ya que no hay camino marcado.
Chorrera del Barranco de Hoyuela
Está compuesta por varios saltos de agua que se deslizan sobre la piedra pulida:
Eta chorrera es más grande y lleva más caudal que la que hemos visto anteriormente. En época de dehielo debe estar impresionante:
Mi recomendación es bajar con cuidado, por donde mejor te parezca, es fácil. No te conformes con ver los saltos superiores, sino baja todo lo que puedas, ya que la chorrera es más bonita desde abajo, en los saltos inferiores:
Volvemos a desandar el camino, por donde mejor nos parezca, para salir de nuevo a la senda que nos enlazará por nuestra derecha con el Camino de Mostajo.
Camino del Mostajo
Esta parte es muy sencilla y cómoda. Vamos pasando varias veces por los cauces de los arroyos que alimentan ambas chorreras, mientras caminamos entre pinos y robles:
Seguimos por esta pista, hasta que el camino forma una V, momento en el que nos salimos de la curva, para visitar la Fuente de la Parada del Rey, bajando por unas fotogénicas escaleras de piedra.
Fuente de la Parada del Rey
Antiguamente, el paso desde Miraflores (llamado Porquerizas) hasta el Valle del Lozoya era muy transitado. Una leyenda cuenta que en el S. XVII, los Reyes de España (Felipe IV e Isabel de Borbón) iban de viaje hacia el Monasterio de El Paular. Isabel se detuvo a descansar en estos parajes, La Parada del Rey, en la cima de la Raya y al pie de la Najarra (otra ruta que se puede hacer desde Miraflores):
Isabel quedó maravillada por el bucólico paisaje cubierto de flores, y exclamó: “¡Mira, flores!”. Preguntó a su séquito por el nombre del lugar, y le contestaron: «Porquerizas, majestad». Ante el gesto de desagrado de la reina, con el nombre tan poco apropiado para tan bello lugar, le propusieron que lo cambiara. Y desde entonces pasó a llamarse Miraflores en vez de Porquerizas, o al menos, eso cuenta esta leyenda:
Justo enfrente de la fuente, se observa a lo lejos, una pradera con un conjunto formidable de robles, son los 17 Hermanos. Aunque hay una alambrada, justo el trozo que nos queda enfrente está abierto para poder pasar fácilmente. No os preocupéis que no hace falta saltarla:
Conjunto de Robles «Los 17 Hermanos»
Aquí el paisaje se abre y nos ofrece espectaculares vistas a modo de anfiteatro natural, con las crestas de los Altos de la Morcuera y de la Cuerda de la Vaqueriza, tapizado por el bosque de robles que cubre este espacio al noroeste de Miraflores:
Un notable ejemplo de la belleza de estos robles, nos lo ofrece el grupo de los 17 Hermanos, formado por otros tantos robles centenarios que han ido creciendo formando un círculo, en medio del cual se ha colocado un bloque de granito a modo de tótem. Se trata de un lugar lleno de magia, por el que te sientes inmediatamente atraído:
Esta parte que atraviesa por la pradera no tiene camino marcado, puede resultar un poco confusa, así que recomiendo dejarse llevar por el GPS, hasta alcanzar el útimo tramo de la ruta, que nos llevará en una contínua bajada hasta el parking:
Robledal de la Raya
El camino continúa, dirección este, atravesando la pradera y descendiendo por el robledal de la Raya, para desembocar nuevamente en el tramo asfaltado del comienzo de la ruta.
Es una bajada fácil, aunque hay que tener cuidado con las torceduras, porque hay bastantes piedras sueltas y se hace un pelín incómodo. Me estaba quedando sin batería en el móvil, así que en esta parte apreté el paso:
Mirador de Peñalosa
Terminado este pronunciado descenso, alcanzamos otra magnifica atalaya, se trata del pequeño roquerío de Peñalosa, balconada que da al sur y donde disfrutar de las vistas:
En esta zona hay más actividad humana, algunas familias con niños que se han acercado dando un paseo desde el Área Recreativa.
Ya prácticamente hemos llegado, continuamos nuestro camino, perfectamente marcado, que nos lleva hasta el parking donde hemos dejado el coche.
Espero que os haya gustado la ruta y animado a conocerla, es muy bonita esta zona de Miraflores de la Sierra. Os recomiendo la ruta de la Hoya de San Blas, también en Miraflores, a mi personalmente, me encantó.