A finales de Noviembre de 2023, visité con mis dos hijos las cuevas protohistóricas del Risco de las Cuevas, en Perales de Tajuña, en la comarca de Las Vegas. Un paseo super fácil desde el Tanatorio/Cementerio Municipal que están ubicados en las afueras del mismo:
5 KM | 1H 30′ | Muy Baja | 22 M. | Todas | No | Sí | Sí |
Índice
Risco de las Cuevas y Lágrimas de San Pedro (Perales de Tajuña)
Parking
Para realizar este paseo se puede dejar el coche bien enfrente del Tanatorio de Perales de Tajuña o bien si quieres ahorrarte unos pocos metros, en el Cementerio Municipal. Yo lo dejé en las plazas que hay enfrente del Tanatorio:
Cementerio Municipal
La ruta comienza en el Paseo de las Acacias. Si no has podido dejar el coche en donde el Tanatorio, puedes hacerlo en las proximidades del Cementerio Municipal, hay bastante sitio para dejar el coche:
Ruta al Risco de las Cuevas
Nada más pasar el cementerio, un sendero asfaltado durante todo el recorrido, nos va a llevar de forma plácida hasta el Risco de las Cuevas.
Tengo que hacer una advertencia: este tramo con vallas a la derecha, tiene un precipicio con mucho desnivel, hay que tener mucho cuidado si vas con niños pequeños y no confiarse:
Aunque no lo parezca en la foto, hay una buena caída en pendiente:
Casi al comienzo del paseo, hay un espacio con aparatos biosaludables:
Desde el parking del Tanatorio al Risco de las Cuevas, hay aproximadamente 1’5 km, por un terreno sin apenas desnivel, asfaltado y que se puede realizar perfectamente con carrito de bebé:
Vega del Tajuña
La extensión del valle bajo del Tajuña por la provincia de Madrid es de 35 Km, con una anchura variable de entre 5 y 8 Km, lo que constituye un territorio amplio para la extracción de recursos.
Según las últimas investigaciones efectuadas por los arqueólogos, se pudieron documentar más de 250 yacimientos a lo largo de la fértil vega del río Tajuña, desde el Paleolítico hasta época medieval:
La vega del Tajuña fue un verdadero eje de comunicación desde la Prehistoria hasta nuestros días. Por ella discurrieron mercancías, avances tecnológicos e ideas. Además, gracias a las especiales características de su suelo, fue un elemento fundamental para garantizar la obtención de recursos naturales:
Por estas circunstancias, ha sido continua la presencia del ser humano en las inmediaciones del Risco de la Cuevas desde la prehistoria hasta nuestros días:
Existe un parking donde poder dejar el coche, y visitar el Risco de las Cuevas de forma mucho más directa. Es un apartadero de la M-204, con espacio para unos pocos coches. Cruzando la carretera y en muy pocos metros, puedes empalmar con el sendero por el que venimos desde el cementerio:
Desde este punto al Risco de las Cuevas, hay menos de 200 metros, así que ese parking te deja prácticamente al lado. Una gran opción para los que sólo quieran ver las cuevas:
Risco de las Cuevas
Su historia comienza hace unos 20 millones de años en un lago con el depósito de sedimentos finos, evaporación y precipitación de sales:
Con el transcurso del tiempo estos sedimentos y sales precipitadas se transformarían en las arcillas y yesos que hoy podemos ver en el escarpe:
El lago que dio origen al Risco de las Cuevas era un lago hipersalino, muy poco profundo, no estaba comunicado con el mar (cuenca endorreica) y tenía pocos aportes de agua con sedimentos muy finos de las montañas circundantes, y sales disueltas:
Hace unos 8 millones de años, finalmente se abrió una vía de escape por donde desaguaba la cuenca lo que marcó la desaparición de este gran lago central.
Está habitado desde la Edad de los Metales, y los vestigios más antiguos hallados son de hace más de 5.000 años, del periodo Calcolítico. Encontrándose restos de la Edad de Bronce, la Edad de Hierro, la época romana, árabe y medieval:
Algunos historiadores sitúan estas guaridas como la legendaria ciudad carpetana de Caracca, una tribu ibera que luchó contra el ejército romano de Quinto Sertorio en el S. I a.C.
Cuenta Plutarco en su obra ‘Vidas Paralelas’ que el general romano desesperado porque no conseguía sacar a los trogloditas de sus guaridas ideó un plan que pasaba por agitar el polvo del camino con los caballos y encender hogueras para lograr sacarlos de las cuevas, asfixiándolos. Una vez rendidos, Sertorio les obligó a no vivir en cuevas, naciendo así el pueblo de Perales:
Agrupadas en dos conjuntos separados por una treintena de metros, se
conservan alrededor de medio centenar de cuevas (47). 23 se emplazan en la zona izquierda del farallón de margas yesíferas y 24 en la derecha:
Son cuevas de planta trapezoidal (aunque algunas tienen forma
semicircular o irregular), de una o más habitaciones comunicadas, labradas con instrumentos metálicos y enlucidas:
Sus dimensiones medias aproximadas son de 3 o 4 m. de lado
mayor y 2 o 3 m. de altura, si bien una de las mejor conservadas
presenta unas dimensiones de 8 x 4 x 2 m.:
Las cuevas estaban conectadas por el exterior con pasarelas de madera y escaleras de cuerda, constituyendo una auténtica ciudad vertical.
Es posible acceder a la parte superior, por un senderito muy empinado, aunque el risco presenta riesgos de desprendimientos (así que no era la mejor idea subir con niños pequeños como iba yo):
Desde el punto de vista cinematográfico, en los años 60 del S. XX, las cuevas sirvieron como escenario para Hollywood en las batallas entre japoneses y estadounidenses en la película ‘El ataque duró siete días’, precuela de ‘La delgada línea roja’, y en el clásico ‘55 días en Pekín‘:
Este paraje fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1931 y en la actualidad está inscrito en el registro de Bienes de Interés Cultural (BIC) de la Comunidad de Madrid en la categoría de monumento.
Parque infantil de San Isidro
De camino al pueblo, si vas con niños, lo más seguro es que te demanden pasar un rato en este parque con algunos columpios:
Lágrimas de San Pedro
Una vez alcanzado el pueblo, en la zona de la Calle de la Peñas (Barrio del Castillo) y la Carretera de Morata, se encuentra una excepcional formación geológica originada en el Periodo Cuaternario, entre el Pleistoceno y el Holoceno, conocida como las «Lágrimas de San Pedro«. Estas formaciones están compuestas por calizas tobáceas, originadas por correntías o cascadas de aguas subterráneas, procedentes de las zonas profundas del páramo calizo que, al caer sobre una vegetación de musgos, líquenes, algas, caras, juncos…depositaron el carbonato que llevaban disuelto sobre ella.
Por eso, en esta enorme masa, se observan ahora abundantes cavidades irregulares, tubos de distintas forma y diámetro, con diferentes inclinaciones y variedad de direcciones. La evolución posterior del entorno, especialmente originada por la erosión, ha desmantelado la ladera lo que ha permitido la airosa y desafiante emergencia de estas singulares tobas urbanas que, junto con los sótanos, chimeneas, escaleras y otras construcciones, han hecho del Barrio del Castillo y la calle de las Peñas de unos de los lugares más singulares y típicos del municipio:
La representación alegórica de San Pedro llorando, fue utilizada por los reformadores de la iglesia católica para fomentar el arrepentimiento personal, la necesidad de perdón y, consecuentemente, la práctica del sacramento de la penitencia:
La tradición local, desde muy antiguo, ha querido extrapolar el mito de las lágrimas de San Pedro, reconociendo su culpa e implorando el perdón por haber negado a Cristo tres veces, con la imagen de estos afloramientos rocosos tan inusuales y extraños -casualmente también tres- que surgen del subsuelo de forma inesperada entre callejuelas y casas-cueva, en el barrio más antiguo que dio origen al municipio de Perales de Tajuña.
En los textos sagrados: «Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.» (Juan 18, 25-27):
Iglesia de Nuestra Señora del Castillo
Esta zona del municipio recibe el nombre de barrio del Castillo, por los restos que aun quedan de la fortaleza que ocupó este promontorio desde el S. XII, cuando probablemente fue edificado por el Cabildo de Toledo. Del año 1470 existen documentos que hacen referencia al Castillo y a la iglesia que existía intramuros de la cerca, Nuestra Señora del Castillo. La actual Iglesia, un templo barroco del S. XVII, parece que se edificó sobre los primitivos cimientos de una ermita medieval que funcionó como capilla del castillo:
Años después, en 1480, el cardenal Cisneros -por orden de los Reyes Católicos-, mandó desmantelar la fortaleza por el respaldo del arzobispo a Juana la Beltraneja. De este castillo apenas subsisten vestigios, como el cimiento de uno de sus muros y una torre angular de mampostería concertada que hoy aparecen embebidos entre las construcciones del casco antiguo.