Aparte de descubrir la majestuosidad de la ciudad, teníamos especial interés en probar algunas de las mejores cafeterías de Viena. Dos golosos como nosotros, no podíamos dejar pasar la oportunidad de probar las famosas tartas y cafés que ofrecen sus locales antiguos y llenos de encanto de la época imperial. Además, con el frío que hace en esta época, se agradece mucho entrar en calor y darse a la filosofía del kaffee und kuchen (“coffee and cake”), o sea, café y tarta.
Esta es nuestra selección de los mejores cafés de Viena, con precios de Diciembre de 2016:
1. Café Central (1860) (Herrengasse, 14)
Ubicado cerca del palacio de Hofburg. Fue el primer café que visitamos y el que más nos gustó de todos. Puedes encontrar algo de cola para entrar, pero merece muchísimo la pena:
Con la selección de tartas, nada más entrar, ya se hace la boca agua:
Está ubicado en el Palacio Ferstel, lo que conforma un entorno precioso:
Si a eso le sumas la presencia de un pianista, es fácil que se te escape alguna lagrimilla:
Tomamos 2 cafés melange (4,70€/u) y 2 truffeltorte (tarta de trufas buenísima) (4,40€/u)
2. Hotel Sacher (1832) (Philharmoniker Str., 4)
Ubicado al lado de la Ópera. Aquí se inventó la tarta Sacher, así que no podíamos dejar de probar tan afamado local, ya que nos encanta esta tarta. De hecho, es la única que puede poner el prefijo «Original» delante del nombre.
El interior es bastante lujoso, y los precios están bastante inflados, pero hemos de decir que la famosa tarta está muy buena, y no nos decepcionó (fue la mejor de las que probamos de ese tipo en la ciudad):
Pedimos 2 spressos (3,10€/u) y 2 sachertorte (6,5€/u):
El abrigo se deja en un ropero al entrar, por el que habíamos leído que se cobraba 1€ la prenda, pero a nosotros no nos cobraron nada.
3. Café Gerstner (2014) (Kärntner str, 51)
Ubicado en el Palacio Todesco. Aunque se fundó en 1847, nosotros visitamos el local moderno que hay al lado de la ópera:
Os recomendamos subir a la primera planta, donde hay un recoleto café muy bien decorado y muy tranquilo:
Tiene pocas mesas, pero con un poco de suerte, puedes encontrar sitio en alguna con vistas a la Ópera:
Pedimos una sisitorte (con imagen de la emperatriz Sisi incluida) (4,30€) y una haustorte (4,30€). En cuanto a las bebidas, un melange (4,10€) y un hot chocolat (4,10€).
4. Café Sperl (1880) (Gumpendorfer Str., 11)
Ubicado cerca de Karlsplatz y Naschmarkt, un lugar céntrico, pero en una zona muy tranquila de la ciudad, lejos de otros sitios más turísticos:
Es un mítico café decorado al estilo art nouveau, con asientos de terciopelo rojo. Como curiosidad, aquí se rodó una escena de «Antes del amanecer», película romántica que transcurre en Viena:
Nos encantó el ambiente típico, con señoras jugando a las cartas en unas mesas que al dar la vuelta a la parte de arriba descubrían unos tapetes verdes:
Nos gustó más la cheesecake (3,30€) que la sachertorte (3,30€). Pedimos un Einspanner, café típico vienés (4,70€) y un hot chocolat (3,80€).
Como veis, es el más barato de todas las cafeterías que visitamos, así que razón de más para visitarlo.
5. Café Schwarzenberg (1861) (Kärntner Ring, 17)
Ubicado a dos manzanas de la Ópera, en lo que en Viena se denomina el anillo (Ring). Sigue conservando un aire muy clásico, aunque a diferencia de otros, parece ser que no daba cabida a los intelectuales de la época:
Probamos la maronitorte (tarta de castañas) (4,40€), la sachertorte (4,40€), un kapuziner (4,90€) y un hot chocolat «Alt Wiener Alt» (5,10€)
6. Café Museum (1899) (Operngasse, 7)
Ubicado al lado de Karlsplatz. De hecho, una de las salidas de la boca de metro de esta estación, da directamente al café:
El interior mantiene un aire clásico, pero con un toque muchísimo más moderno, por lo que si buscáis un café un poco más actual, puede ser buena opción, ya que está muy bien decorado:
Pedimos una nusstorte (tarta de nueces) (5,20€) y una truffeltorte (5,20€) (mejor la del Café Central). En cuanto a los cafés, un Einspanner (5,50€) y un Mozart Schokolad (6,50€):
Lo ponemos el último de la lista, porque es el que tiene los precios más prohibitivos. Y como habréis visto, los cafés no son precisamente baratos en Viena (aunque están muy buenos).
Éstas fueron las cafeterías que visitamos, aunque hay cientos de cafés con encanto en Viena. Por ejemplo, hicimos una visita a la Pastelería Demel (1786) (Kohlmarkt, 14), que también tenía una pinta tremenda:
Y según paseas por la ciudad, te será difícil no entrar a alguna de las cafeterías más bonitas de Viena, como nos pasó con el Café Diglas (1875) (Fleischmarkt, 16):
¿Cuál es tu café preferido de la ciudad?. ¿Nos ayudas a completar la lista?. ¡Tendremos que volver, para seguir probando nuevos cafés!
¡¡Buenas y dulces meriendas!!
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