En Octubre de 2016, hicimos una escapadita desde Madrid a la monumental localidad de Burgo de Osma (Soria), ubicada a unos 175 km y dos horas de viaje, aproximadamente. A pesar de contar tan sólo con 5000 habitantes, se trata del tercer núcleo de población más importante de Soria.
Se puede hacer la visita en el día desde Madrid. De hecho, nosotros visitamos otros dos preciosos pueblos ese día. A la ida a Burgo de Osma, visitamos Ayllón (Segovia) y a la vuelta de Burgo, y ya de noche, visitamos Riaza (Segovia).
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Aparcamos el coche, muy cerca de las murallas que delimitan el núcleo histórico, levantadas por orden del obispo Pedro de Montoya, en el S. XV, junto al Río Ucero:
El acceso a la villa, se realiza a través de la Puerta de San Miguel, y tras atravesar el Puente de la Matilla:
Sin duda, lo que más destaca, según vas entrando al casco histórico es la Catedral de la Asunción. Es de estilo gótico, pero fue construida sobre los restos primitivos románicos:
La soportalada calle Brasilia, recibe a los visitantes con un monumento dedicado a los obispos de la localidad, y concretamente a San Pedro de Osma (Burgo de Osma es sede episcopal desde el S. XII):
En seguida, se llega al punto neurálgico de la villa, la Plaza de la Catedral, con una preciosa visión de la Catedral. Llama poderosamente la atención la portada principal (gótica) y también destaca en el conjunto la torre de 72 metros de estilo barroco:
En la misma plaza, se encuentran ejemplos de casas con la típica arquitectura popular castellana y una curiosa fuente, que parece desafiar a la Catedral:
Aquí nace la calle Mayor, una bonita calle soportalada con columnas de piedra y madera. Es la zona más animada de la localidad (aunque en las fotos no lo parezca). Nos las apañamos para no sacar a nadie, pero había mucho ambiente, y está lleno de locales y restaurantes para tomar algo:
Continuando por la calle Mayor, se llega, como no podía ser de otra forma, a la Plaza Mayor, donde hay dos edificios a ambos lados de la plaza, que parecen también estar rivalizando en centrar la atención del visitante. En un lado se alza el Antiguo Hospital de San Agustín (finales del S.XVII), de estilo barroco:
En el otro lado de la plaza, se encuentra el Ayuntamiento, de estilo neoclásico, y un poco más reciente (S.XVIII). Sus dos torres parecen competir con las del Antiguo Hospital:
Saliéndonos un poco del centro histórico, llegamos a la Antigua Universidad (S. XVI), hoy en día reconvertida en el Hotel Castilla Termal:
Os recomendamos fervientemente entrar, pues tiene un increíble claustro interior de dos pisos, de estilo renacentista. Os aseguramos que es un gran lugar para parar a tomar un café admirando el patio (nosotros lo hicimos después de comer y fue todo un acierto):
Un poco más adelante, y haciendo algo de tiempo para comer,nos encontramos con los Juzgados:
Muy cerca, se encuentra la Plaza de Toros:
Comimos bien en el restaurante Tinto y Leña (Universidad, 21), uno de los restaurantes mejor puntuados en Trip Advisor. Nos solemos fiar de esta página para elegir restaurantes, ya que suele acertar bastante.
Tras la comida y echar el posterior café en el claustro del Hotel Castilla Termal, visitamos la Catedral. La entrada es de 2,5€ y cierra los Lunes:
El claustro, de estilo gótico flamígero es de gran belleza:
Aparte del claustro, la visita estrella es el Sepulcro de San Pedro, donde se conserva parte de la policromía original. Aquí se pueden apreciar los detalles de los dragones en los arcos:
El sepulcro, una joya del arte funerario, es de caliza tallada y policromada. Para nosotros, sin duda, lo mejor de la visita a la Catedral:
Abandonamos la Catedral, y decidimos dar un paseo para llegar hasta los restos del Castillo. La torre de la Catedral seguía siendo visible desde distintos puntos:
En el camino al castillo, atravesamos el Convento del Carmen:
Se trata de un agradable paseo, paralelo al río y que arroja bonitas imágenes:
El Castillo de Osma, en su día debió ser imponente, pero a nuestros días ha llegado en un estado bastante ruinoso:
Tras subir una empinada colina de tierra, nos adentramos en las ruinas del castillo, y tuvimos la recompensa de ver el casco histórico con la omnipresente torre dominado el panorama:
Al otro lado del castillo, en lo alto de una colina, apreciamos a lo lejos los restos de la Atalayama de Uxama (antiguo nombre de la localidad, del cual acabó derivando Osma):
En el camino de vuelta al casco histórico, también te encuentras con la Iglesia de Santa Cristina:
Esta quizás sea la zona más bonita del paseo, con algunos restos de las murallas y torres del castillo, junto al río:
Deshicimos el camino, y llegamos al punto de partida, frente a las murallas y la Puerta de San Miguel:
Con esto dimos por concluida la vista a Burgo de Osma, ya sólo nos quedaba deshacer el camino a Madrid, aunque antes todavía tuvimos ganas de visitar la bella localidad de Riaza.