POLONIA- RELATO DE VIAJE: PARTE VI/VII
DIA 7: VIERNES 15 JUNIO 2018: CRACOVIA
Como los sábados cierran las sinagogas, habíamos reservado este día para hacer una visita a las sinagogas principales del barrio judío de Kazimierz, lugar en el que se encontraba nuestro apartamento. Por la tarde queríamos hacer la visita por libre al campo de concentración y exterminio de Auschwitz – Birkenau, eso nos dejaba apenas unas horas por la mañana para curiosear por uno de los barrios más recomendables de la ciudad.
KAZIMIERZ
Este animado barrio, no sólo posee 8 sinagogas (Remuh, Stara, Wysoka, Isaaka, Kowea Itim le Tora, Tempel, Kupa y Popper) sino que ofrece numerosos cafés, restaurantes y lugares de ocio tanto de día como de noche.
Comenzamos nuestro periplo en el barrio con laSinagoga Remuh (Szeroka 40) (09:00 -16:00). Construida en el S. XVI, es la más famosa (y también la más pequeña) de todas las del barrio:
Su interior es bastante sencillo y austero pero bastante bonito. Es una de las pocas que aún conserva culto en activo:
Uno de los principales atractivos es su antiguo cementerio con lápidas con inscripciones en hebreo y que recuerda mucho al cementerio judío de Praga. Los judíos dejan piedrecitas en lugar de flores para honrar a sus muertos:
En la misma calle, se puede visitar laSinagoga Vieja (Stara) (Szeroka 24) (10:00 – 17:00). Como su nombre indica, es la más antigua de Cracovia (S. XV), y de hecho de toda Polonia:
Al igual que muchas de las sinagogas, durante la ocupación nazi fueron casi destruidas por completo y usados como almacenes, es por eso que presenta un aspecto muy restaurado:
Su interior funciona a modo de museo, albergando la colección judía del Museo Histórico de Cracovia:
Se presentan objetos ceremoniales, manteles, candelabros, amuletos y otros objetos y prendas tradicionales:
Aquí se aprecia la bimah, el estrado en el centro de la sinagoga, usado para leer la Torah:
También se conserva una pequeña colección de pintura, aunque buena partes de las obras fueron destruidas:
Girando la esquina, prácticamente te das de bruces con laSinagoga Kowea Itim le Tora (Jozefa 42), una sinagoga ortodoxa del S. XIX, que actualmente es un edificio de apartamentos:
Y justo a su lado está laSinagoga Wysoka (Jozefa 38) o también llamada Sinagoga Alta. Data del S. XVI y su nombre se debe a que la sala de rezo está en la planta más alta del edificio. Su interior alberga también exposiciones judías.
Como véis en la foto, al lado de las sinagogas se alzan coquetas terrazas donde parar a tomar algo:
Girando un par de calles después, se alza laSinagoga Isaaka (Kupa 18), construida en el S. XVII con el dinero de un acaudalado banquero. No entramos al interior, pero parece ser que conservan parcialmente algunos interesantes frescos de textos en hebreo, así que no te dejes engañar por su poco vistoso aspecto exterior:
A pocas manzanas de ésta, visitamos laSinagoga Tempel (Miodowa 24,30) (09:00 -16:00). Data del S. XIX, siendo la más moderna de las sinagogas de Kazimierz. Aparte de tener una fachada vistosa, interiormente es seguramente la más atractiva visualmente de todas las sinagogas del barrio. Es utilizada más comúnmente como sala de conciertos que como lugar de culto:
En su interior reformado a finales del S. XX (no sufrió muchos daños durante los años de guerra) se aprecia un estilo árabe/morisco muy bonito:
La última sinagoga que visitamos fue laSinagoga Kupa (Miodowa 24) (10:00-17:00). Construida en 1643, su interior barroco fue destruido por los nazis prácticamente por completo:
Ahora, presenta un aspecto muy restaurado pero bonito y colorido. Apenas se usa para el culto. Las pinturas de las paredes representan ciudades de la Tierra Santa:
También merece la pena pararse unos momentos en el corazón del barrio judío, la plaza Plac Nowy. Aquí había una señora vendiendo obwarzanki, una rosquilla de pan recubierta con sésamo:
Para que os hagáis una idea, todo este paseo nos llevó unas dos horas, las sinagogas son rápidas de ver y están muy cerca unas de otras.
A continuación, tomamos el tranvía 3, el cual nos acercaba hasta la estación de trenes de Cracovia. Teníamos reservada por internet la visita por libre al Campo Concentración de Auschwitz: https://visit.auschwitz.org/
Krakow Glowny
Hay numerosas empresas que te organizan la visita a Auschwitz (y a la también muy popular excursión a las Minas de Sal de Wieliczka), pero nosotros decidimos ir por libre.
De un modo u otro, vayas por tu cuenta o te lleven en un tour hasta allí, la visita se hace con guías propios de Auschwitz. Para los tours por libre en español los horarios son: 10:45, 12:15, 14:45. El precio es de 12,5€ y la duración es de unas 3h 15′. Bastante barato a nuestro juicio, dada la duración de la visita y siendo una visita guiada en tu idioma.
Nosotros, como decíamos, teníamos reservadas las entradas por la web para la visita de las 14:45. Teniendo esto en cuenta, miramos horarios de trenes y autobuses, y el del tren no nos cuadraba para nada, además que te deja a 25 minutos más o menos caminando hasta Auschwitz.
Si quieres ir a Auschwitz por libre, seguramente el autobús es la mejor opción ya que te deja prácticamente en la puerta. La empresa de buses es lajkonikbus.pl y hay que buscar el bus que ponga “Oswiecim” que es el nombre del pueblo en polaco (Auschwitz es en alemán).
La duración del trayecto ronda 1h 30′ y el precio del billete sencillo es de 13ztl/persona y trayecto. El billete se puede comprar al conductor o directamente en su web (como hicimos nosotros): https://lajkonik.moj-bus.pl/courses/show#content
El autobús sale de la estación de buses que está anexa a la estación principal de trenes Krakow Glowny. El nombre en polaco de la estación de autobuses es Dworzec Autobusowy y se encuentra en la calle Bosacka, 18 . Nosotros como decíamos cogimos el tranvía que nos llevó a Krakow Glowny, y desde la estación de trenes, accedimos a la de autobuses, siguiendo unas señales que indicaban Dworzec Autobusowy.
Viendo los horarios (https://www.lajkonikbus.pl/krakow—oswiecim.html), nos interesaba coger el de las 12:30 que llegaba a Oswiecim a las 13:55. Nuestro autobús salió de la parada/dársena G4, por si a alguien sirve de referencia, pero hay paneles electrónicos con la compañía, hora, destino y dársena de cada autobús.
Llegamos sobre las 12:00 a la estación y aprovechamos para dar de comer a Marina.
Una vez llegamos (a las 13:55), comimos unos bocadillos que llevábamos preparados, justo en unos bancos que hay antes de acceder a Auschwitz, ya que no teníamos tiempo de comer en ningún restaurante.
Una vez validada tu entrada adquirida por internet, te juntan por grupos, en nuestro caso en español y se comienza la visita guiada, primero por Auschwitz y después por Birkenau.
Auschwitz
Lo primero que encuentras al comenzar la visita es el famoso letrero con la frase: «Arbeit macht frei», cuya traducción es algo así como ‘el trabajo libera’ o ‘el trabajo os hace libres’, una irónica bienvenida que reservaban los nazis a los que sufrían el cruel destino de llegar a este siniestro lugar:
Para los que hagáis la visita con carrito de bebé, está permitido su uso pero para acceder a los barracones deberéis dejar el carrito fuera. En la página oficial vienen claramente las normas del campo. Nosotros nos llevamos la mochila portabebés:
El interior de los barracones constituye la parte más horripilante de la visita. Están expuestas las latas del Zyklon B, un pesticida a base de cianuro ideado por los nazis y que utilizaban en las cámaras de exterminio, y que provocaban agónicas muertes entre convulsiones:
Una de las partes que más nos impactó es como nos relató el guía, que cuando se abrían las cámaras de gas, se encontraban los cuerpos apilados unos encima de otros. Abajo quedaban las personas más débiles (ancianos, enfermos, …) y arriba las personas más fuertes, que luchaban por poder inhalar el poco aire limpio que se concentraba arriba de la sala:
También hay vitrinas con pelos humanos, ya que los prisioneros eran rapados nada más llegar al campo. De hecho hay una vitrina gigante en la que impresiona la cantidad de pelo que hay, y a la que por respeto no está permitido realizar fotografías:
Hay salas enormes donde se conservan todos los aparatos ortopédicos de gente lisiada que llegaba al campo (y que automáticamente eran mandados a las cámaras de gas), ya que los médicos nazis, muchas veces dictaminando con un simple examen visual a las personas, les mandaban directamente a la muerte al ver que eran viejos, estaban enfermos o tenían pocas fuerzas:
También se exponen muchas de las pertenencias: miles de maletas (con su nombre y dirección), ensere, zapatos, juguetes, recuerdos,…:
Otros barracones, muestran las condiciones infrahumanas donde se tenían hacinados durmiendo a los prisioneros:
En otro de los edificios hay un homenaje a las víctimas, incluido uno de los españoles de los que se tiene constancia que murió en este campo, Joaquín Corteillo:
Este es uno de los paredones donde se fusilaron también a miles de personas:
El complejo estaba compuesto por tres campos (Auschwitz, Birkenau y Monowitz) y al menos 36 subcampos, construidos en un recinto de 40 kilómetros cuadrados:
Una vez visitado Auschwitz y tras un pequeño parón de 15 minutos, toca coger un bus shuttle (gratuito) que recorre los pocos kilómetros que separan Auschwitz de Birkenau. El propio guía de Auschwitz te acompaña en el autobús y te sigue explicando la parte de Birkenau.
Birkenau
Auschwitz II/Birkenau fue construido en octubre de 1941, a unos 3 kilómetros del campo principal. Este fue el siniestro lugar donde se llevaron a cabo los asesinatos en masa. Se construyeron varias cámaras de gas y un crematorio con capacidad inicial para asesinar 2.500 personas al día, aunque en 1944 el número ascendía a 6.000 personas al día.
Es una visita más rápida que la de Auschwitz, llama la atención la enorme extensión del campo, y sobretodo imaginar los durísimos inviernos que debieron sufrir los prisioneros:
La mayoría de los prisioneros llegaban al campo en tren, después de un horrible viaje en vagones de carga que duraba varios días sin comida ni agua. A partir de 1944 se extendieron las vías del tren para que entraran directamente al campo:
Éste es uno de los vagones en los que llegaban hacinados los prisioneros:
Hay algunos memoriales en recuerdo de las víctimas hacia el final del complejo:
Uno de ellos presenta placas escritas en varios idiomas, entre ellos una en judeo-sefardí:
Antes de que las tropas soviéticas liberasen el campo (27 de enero de 1945), los nazis sabedores de sus crímenes intentaron quitar todo rastro de evidencia de que allí se estaban cometiendo asesinatos en masa:
Las condiciones en Birkenau eran todavía más miserables que en las de Auschwitz:
Entre 1,2 y 1,5 millones de personas murieron en los campos, la mayoría de ellos judíos. Pero no sólo judíos: prisioneros políticos polacos, prisioneros de guerra soviéticos, homosexuales, gitanos polacos, discapacitados y prisioneros por motivos religiosos.
Una vez terminada la visita (a las 18:00) de estos dos espeluznantes lugares, tomamos de nuevo el autobús en la calle Stanislawy Leszczynskiej (donde te deja el autobús a la ida, al lado de Auschwitz), por internet teníamos reservado el de las 18:45, pero nos dio tiempo a coger el de las 18:15 y además había sitios libres.
Llegamos a Cracovia sobre las 19:40 y de nuevo cogimos el tranvía 3 para llegar hasta nuestro apartamento, en el cual ya cenamos ya que había sido un día bastante duro.
Mañana sería nuestro último día del viaje, donde teníamos pendiente seguir conociendo algunos de los rincones más bellos de Cracovia…
Un comentario en «Diario Polonia (Junio 2018): Día 7: Cracovia: Kazimierz (Barrio Judío), Auschwitz-Birkenau»