DIA 3: LUNES 3 SEPTIEMBRE 2018
Tras visitar la Sierra de Tramuntana durante el día anterior, hoy tocaba día de playa principalmente.
Sancellas – Parque Natural Mondragó (1h)
Nos encaminamos al Parque Natural de Mondragó, ubicado a 5,5 km de la localidad de Santanyí. Tiene un gran aparcamiento (5€) que ofrece la posibilidad de acceder a dos playas: S’Amarador y Cala Mondragó.
Del parking a la playa S’Amarador hay apenas 5 minutos caminando, sin ninguna dificultad.
Se puede acceder desde esta playa a la Cala Mondragó, a través de un pequeño sendero ubicado en uno de los extremos de la playa (el que se ve en la foto de arriba al fondo). No tiene pérdida, ya que va bordeando el agua. Se tarda apenas 5 minutos en llegar de una a la otra y no presenta ninguna dificultad:
Cala Mondragó tiene una longitud de 75 metros y una anchura de 60 metros. Esta cala de arena fina y aguas poco profundas la convierten en apta para los más pequeños además de ser uno de los entrantes de la isla más bellos y grandes:
Quedamos con unos amigos que veranean muy cerca de aquí y pasamos todo el día entre una y otra playa. En Cala Mondragó hay un chiringuito donde se puede comer algo rápido. Vimos que mucha gente pedía pizza para llevar, y encargamos una y nos las comimos a la sombra (bastante cotizada). En Playa S’Amarador hay otro chiringuito de bebidas y helados.
Por la noche, dimos una vuelta por el pequeño pueblo de Sancellas, donde estaba nuestro apartamento:
Iglesia de San Pedro
Hicimos una de las mejores cenas de todo el viaje, en el restauranteSa Cuina De N´Aina (Rafal, 31), muy recomendable, bonito sitio y buena comida:
DIA 4: MARTES 4 SEPTIEMBRE 2018
Después del relajado día anterior, hoy tocaba cambiar de tercio y dirigirnos a las atracciones que se encuentran en la zona noreste de la isla. Como os comentábamos, la isla es muy grande, y como teníamos previsto hacer visitas a diferentes puntos, nos pareció buena idea alojarnos en un pueblo de interior llamado Sancellas, casi en el centro de la isla.
Tras desayunar en el apartamento, cogimos el coche y pusimos rumbo directamente a Cala Mesquida.
Por el camino, pasamos por Sineu, uno de los pueblos más importantes de la zona de interior, con la Iglesia de Santa María dominando todo el horizonte:
Debimos llegar a Cala Mesquida sobre las 11:00 y el aparcamiento por la zona más aledaña a la playa estaba lleno, así que tuvimos que dar alguna vuelta y dejarlo algo más lejos.
Nos hubiera gustado llegar antes a la playa, pero tuvimos un problema con la cerradura de nuestra habitación, aunque fueron muy rápidos los dueños de la casa y vino un cerrajero pronto a arreglarlo, pero perdimos una hora.
Cala Mesquida es una preciosa playa de arena fina enclavada entre pinos y dunas. Los pueblos más cercanos son Capdepera (7 km) y Artá (15 km), este último de mayor tamaño. La zona que rodea Cala Mesquida fue designada “Zona de interés especial” por parte del gobierno balear, ayudando a proteger una parte de su belleza salvaje:
Tiene una longitud de 350 metros de largo, con forma de bahía. Las aguas son limpias y claras. Hay alquiler de tumbonas y sombrillas, así como un restaurante y un bar (importante si vais con bebé, para poder calentar biberones o potitos). Dispone de duchas pero no de vestidores.
Encontramos bastante turismo familiar aleman, matrimonios de mediana edad con hijos pequeños. De camino a la playa desde el parking, se veía alojamientos turísticos que parecían muy bien preparados para ir con niños (piscina, toboganes, …). Por la zona también hay algunas cafeterías y varios restaurantes más, con unas preciosas vistas:
Cala Mesquida – Cuevas de Artá (15′)
Comimos en la misma playa, y tras la comida nos dirigimos a otro punto imperdible si visitas esta parte de la isla: las Cuevas de Artà.
El horario de visita es: Abril, Mayo, Junio y Octubre: 10h a 18h; Julio, Agosto y Septiembre: 10h a 19h; Noviembre-Marzo: 10h a 17h. La entrada es de 15 €.
La visita a las cuevas dura entre 35′ y 40′, entra un solo grupo cada vez, aproximadamente cada 30′. La visita es guiada en español, francés, inglés y alemán. Primero el guía lo explica en español y luego en el resto de idiomas dependiendo de la gente que vaya en tu grupo (no se separan por idiomas).
La temperatura es de 18º y la humedad del 80%, así que no está de más llevar algo de abrigo ligero.
Desde la entrada se accede al Vestíbulo. Los primeros exploradores de la cueva al no disponer de luz, tenían que iluminar las cuevas a base de antorchas y eso hace que aparezcan esas formaciones negras en el techo:
De allí se pasa a la conocida como la Reina de las columnas, altísima estalagmita de 22 metros de altura:
A continuación al Infierno donde se ofrece un espectáculo muy bonito de luz y sonido de corta duración:
Del Infierno al Purgatorio:
Para después visitar la sala del Teatro:
y el Órgano:
O la Oveja que está al revés:
Después, se llega a la Sala de banderas, donde el guía golpea tres columnas dando cada una como resultado un tono distinto:
Después se visita una formación llamada El Elefante, por razones obvias, :):
Ya casi hacia la salida se pasa por otras formaciones, llamadas piedras de Diamantes que debido a su composición a base de carbono se asemejan a gemas:
A la salida, espectaculares vistas sobre la bahía Canyamel:
Merece muchísimo la pena visitar alguna de las múltiples cuevas que se pueden visitar en Mallorca, son también muy famosas las Cuevas del Drach, pero son bastante más turísticas.
Cuevas de Artá – Capdepera (15′)
Recorrimos unos pocos kilómetros en coche, y llegamos a Capdepera:
El Castillo de Capdepera fue levantado (siglo XIV) por orden del rey Jaume II. Destacan la extensa muralla gótica (terminada a finales del S. XIV), la Iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza (siglo XIV con ampliaciones en el XVI) y la torre de Miquel Nunis (siglos X-XI), ubicada en el punto más alto del recinto. Es de planta cuadrada y acoge un molino de viento («molí d’en Cofeta«):
Esta fortificación se erigió para controlar la zona y la comunicación marítima con Menorca. En el siglo XVIII se convirtió en cuartel militar bajo la autoridad de un gobernador, cuya vivienda todavía se conserva en el recinto. Los militares abandonaron el castillo a mediados del S. XIX y a finales del siglo XX fue donado al Ayuntamiento de Capdepera:
La muralla que rodea el recinto es de estilo gótico, con un carácter militar propio de los siglos XIII y XIV. En sus lados este y sur se construyeron cuatro torres anexas. Actualmente, los portales principales son el Portalet y el portal del Rei Jaume:
Otro edificio del recinto está destinado al Museo de la Llata, donde se muestra gran variedad de trabajos artesanales de la zona:
Merece mucho la pena visitar este castillo, ya que a nuestro juicio, posee un aspecto bastante diferente al de otros castillos más «tradicionales».
Capdepera – Sancellas (1h)
Después de otro completo día, ya sólo nos quedaba conducir de vuelta a Sancellas.