Durante este recorrido conocimos parte de la conocida como La Campiña del Henares, visitando los pueblos de Cogolludo, con el Palacio de los Duques de Medinaceli; Jadraque, con su imponente Castillo del Cid e Hita, con su Casa-Museo del Arcipreste y sus curiosas bodegas y bodegos.
Madrid – Cogolludo (97 KM, 1h 15′)
En apenas 1h 15′ recorrimos los casi 100 KM de Madrid a Cogolludo. Aparcamos en una calle aledaña a la Plaza Mayor, aunque en la misma plaza hay bastante sitio de parking.
Índice
Cogolludo
Plaza Mayor
Lo primero que llama la atención, es que un pueblo pequeño tenga una plaza tan grande, de unos 100 metros de longitud, lo que hace pensar en la importancia de la villa en tiempos pasados.
La plaza nace durante la ampliación realizada a finales del S. XV. Se encuentra enmarcada en los laterales por largos soportales y en el centro se aprecia la Fuente de la Plaza Mayor:
Aquí se encuentra también el edificio del Ayuntamiento, en uno de cuyos laterales se encuentra la Oficina de Turismo, que ofrece visitas guiadas, y merecen totalmente la pena. Nosotros cogimos la de las 11:00. La duración aproximada es de unos 90 minutos:
Palacio de los Duques de Medinaceli
También en la misma Plaza Mayor, se alza el primer palacio renacentista levantado fuera de Italia. Fue construido a finales del S. XV por el maestro de obras Lorenzo Vázquez, para el Primer Duque de Medinaceli:
El edificio estaba ricamente decorado con azulejería y yesería mudéjares. Tras la visita en 1502 de Felipe el Hermoso, éste la definió como «el más rico alojamiento de España:
Aunque la fachada exterior es espectacular, donde se cuentan hasta 25 escudos; el interior del palacio, por contra, ha sido muy maltratado por el paso del tiempo, así que no esperes encontrar un palacio donde se visitan diferentes lujosas estancias o te llevarás una decepción.
Aún así se conservan restos de los patios y de las galerías del jardín, que hacen intuir el esplendor de tiempos pasados:
Nos gustaron muchísimo algunas yeserías mudéjares muy bien trabajadas, como este escudo, donde el castillo tiene sus ventanas y el león hasta el detalle de tener sus «atributos» bien definidos:
También es impresionante el trabajo de la chimenea gótica mudéjar del salón del segundo piso:
Por desgracia, hay otras zonas que han llegado muy castigadas hasta nuestros días, aunque viendo el tamaño, te haces una idea de las dimensiones que llegó a tener el palacio:
Desde la «terraza» del piso superior, se tienen unas grandes vistas de los restos del castillo, así como de las iglesias de Santa María y San Pedro:
Así como alguna de las ermitas del pueblo:
Escudos
Durante la subida a la Iglesia de Santa María, pasamos por las calles del pueblo y en alguna aún se conservan bonitos escudos:
Restos del Castillo
En lo alto del cerro, se aprecian las ruinas de lo que fue un castillo roquero, de origen árabe. El aspecto actual es culpa de las tropas francesas que lo volaron en 1810:
Iglesia de Santa María
Ubicada en la parte más alta de la villa. Es de estilo gótico tardío (S. XVI). La portada es renacentista:
Nada más entrar, te llamarán la atención sus bonitas tracerías de sus bóvedas góticas:
Durante la Guerra Civil fue despojada de sus retablos (toda esta zona fue Línea del Frente), y hoy en día ante la escasez de fondos, sólo se ha logrado completar medio retablo:
Como pieza sobresaliente, aquí se encuentra el lienzo “Los preliminares de la crucifixión” de José de Ribera “El Españoleto”, del barroco español pero influenciado por Caravaggio:
Iglesia de San Pedro
Está levantada en lo que fue el centro medieval de la villa. El edificio actual es el del S. XVII, levantado sobre la antigua iglesia románica. Durante la Guerra Civil, el interior sufrió muchos desperfectos. Al lado, se encuentra una plaza con la Fuente de San Pedro y el Rollo, recientemente restaurado:
Cogolludo – Jadraque (20 KM, 20′)
La visita terminó alrededor de las 12:40, así que sobre las 13:00 llegamos a Jadraque, en concreto al llamado Castillo del Cid. Deciros que el desvío final para aparcar a los pies del castillo es muy empinado y hay que tener un poco de cuidado.
Jadraque
Castillo del Cid
Es un castillo palacio residencial, del siglo XV, y uno de los últimos de este tipo en España:
Su primer propietario, y quien ordenó la reforma para lograr su aspecto actual fue Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, conde del Cid e hijo primogénito del cardenal Mendoza (ojo, no confundir con el Cid Campeador, que vivió varios siglos antes). El castillo era un símbolo destinado a mostrar la grandeza de esta familia, y su supuesta descendencia del propio Cid Campeador:
La fortaleza tiene casi cien metros de longitud. Las torres no sobresalen de su muro, como corresponde a los castillos pensados para sostener fuego de artillería:
Se puede caminar por fuera bordeando casi todo el castillo, pero no es circular, hay un punto en el que tienes que desandar el camino:
El castillo abre al público sábados, domingos y festivos en visita guiada a partir de las 12:30 horas, contactando previamente con la Oficina de Turismo de Jadraque (949 890 168).
Nosotros al venir de Cogolludo, no nos dio tiempo a hacer la visita guiada en Jadraque (llegamos alrededor de las 13:00), pero aparte del Castillo, también se visita la Saleta de Jovellanos y la Iglesia Parroquial, donde destacan su retablo y un cuadro de Zurbarán: «Cristo recoge sus vestiduras después de la flagelación».
En cualquier caso, lo espectacular del castillo, es su aspecto exterior y su localización en altura (en la cima del que el filósofo Ortega y Gasset denominó “el cerro más perfecto del mundo”), ya que el interior se encuentra completamente yermo:
Cogimos el coche, y bajamos hasta Jadraque, ya que en el pueblo hay fama de preparse los mejores cabritos y corderos asados. Nosotros lo tomamos en el Bar-Restaurante Justi (Calle Peaje, 30). La verdad que comimos muy bien: migas, bacalao rebozado y cabrito asado. Los dos últimos especialidad de la casa.
Jadraque – Hita (20 KM, 20′)
Con la barriga llena, abandonamos Jadraque y pusimos rumbo a Hita. Tienen habilitado un parking gratuito, casi al lado de la Puerta de Santa María, que da acceso al casco antiguo, así que es muy cómodo para visitar el pueblo.
Hita
Muralla
Íñigo López de Mendoza (Marqués de Santillana) decidió reforzar en 1441 las defensas, así como reconstruir el castillo en lo alto del cerro.
Algunos tramos de la muralla han desaparecido con el paso del tiempo, pero otro se conservan intactos desde su construcción, así como otros que han sido restaurados:
Puerta de Santa María
Es el emblema de la localidad, la principal y única superviviente de las tres puertas que tuvo la villa. Es un bello ejemplo de la arquitectura militar del S. XV, aunque ha sido recientemente restaurada en 2005.
Los dos garitones que flanquean el arco apuntado y los restos del matacán son elementos más ornamentales que defensivos. Estos elementos, junto al escudo heráldico que preside la puerta, simbolizan el poder de la nobleza.
Ondean tres banderas: judía, cristiana y musulmana, que reflejan la convivencia entre estas culturas durante la Edad Media:
Plaza del Arcipreste de Hita
Centro neurálgico de la villa, que aparece nada más cruzar la Puerta de Santa María, es un espacio amplio soportalado. Destacan algunas fachadas de ladrillo que nos recuerdan la tradición constructiva mudéjar:
Desde la plaza, se obtiene una bonita visión de los restos del castillo, en lo alto del pueblo:
Casa Museo del Arcipreste de Hita
Es un edificio multiusos cultural. En la planta baja se encuentra la Oficina de Turismo y un conjunto de modestas salas dedicadas a museo, con algunas piezas arqueológicas y etnográficas:
En el piso superior, destaca la Sala del Libro del Buen Amor. Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, escribió este libro (obra cumbre de la literatura medieval castellana) a mediados del siglo XIV. Del autor se conocen pocos datos: nacido en Alcalá, fue Arcipreste de esta villa y el Arzobispo de Toledo, don Gil de Albornoz, ordenó su encarcelamiento.
En esta sala se recrea un escritorio donde podemos ver reproducidas algunas hojas de los manuscritos medievales del Libro de Buen Amor, así como ediciones facsímiles, de bolsillo e internacionales:
Mención especial merece el Festival Medieval de Hita, creado en 1961 por el profesor Manuel Criado del Val y que cada año, el primer sábado de Julio, se hace posible gracias a la colaboración de los vecinos del pueblo. Desde 1980 está declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional:
Se recrea el ambiente de la Edad Media: nobles, caballeros, doncellas, teatro callejero, mercadillo, saltimbanquis y trovadores, todo engalanado con antorchas, guirnaldas y pendones. Rematado por las justas y torneos que tienen lugar en el Palenque del pueblo:
Desde la Casa-Museo parten las visitas guiadas organizadas por la Oficina de Turismo. Tiene una duración de aproximadamente 60 minutos. Nosotros tomamos la de la tarde, que suele salir a las 17:00, pero justo ese día se adelantó a las 16:30 por haber un evento. Principalmente se visitan las bodegas y bodegos, aunque también se tiene acceso a la casa-museo.
«La Muela» y «El Colmillo»
Sendos cerros son bien divisados según se suben las fuertes pendientes de la villa. El origen de Hita fue el de establecer un privilegiado puesto de vigilancia durante la dominación romana. Durante la Reconquista, fue zona de tránsito entre la España cristiana y la musulmana:
Restos del Castillo
En la zona alta del pueblo se encuentran los restos del Castillo, que debió ser imponente por la localización en la que se haya, pero que presenta un estado ruinoso ya desde el S. XVIII:
Bodegos
El conjunto de casas-cueva de Hita denominadas localmente «bodegos» se localizan en el límite superior del casco histórico.
En 1751 se documentan catorce bodegos habitados. Tras la Guerra Civil, fueron de nuevo ocupados por vecinos cuyas viviendas habían resultado destruidas durante la guerra. Su definitivo abandono se produjo en los años 60 del siglo pasado.
Los bodegos a diferencia de las bodegas tienen un grado de humedad bajo que permite habitarlos. Se agrupan en pequeñas plataformas creadas en la ladera del cerro. El acceso a la cueva se realiza a través de una fachada de adobe o piedra.
Actualmente, con la visita guiada se tiene acceso a dos de ellos: el del Barrio Alto y el del Tío Diego.
Bodego del Barrio Alto
El interior excavado a pico en forma de bóveda está dividido en salas. Existe un pasillo que comunica las distintas estancias: cocina con chimenea, y varias alcobas/dormitorios.
Las estancias destinadas a vivienda se encuentran encaladas favoreciendo de este modo la higiene y luminosidad. Los suelos, salvo el almacén y la cuadra, están pavimentados con ladrillo y baldosa.
Al fondo de la cueva encontramos el almacén destinado a guardar el grano o la paja. Junto a este espacio se sitúa también la cuadra reservada a las caballerías (mulas y asnos):
Bodego del Tío Diego
Bodega de la Muralla
Las bodegas de Hita (más de un centenar) fueron excavadas bajo las viviendas del casco antiguo a lo largo de la Edad Media. Un gran número de éstas perteneció a familias judías que controlaban el comercio local del vino hasta su expulsión en 1492.
Se localzian en un área delimitada por la muralla como límite inferior y el barrio de los «bodegos» como límite superior. Cada bodega esta formada por una o varias galerías donde se criaba y almacenaba el vino en tinajas de barro. El alto grado de humedad y la temperatura constante de las cuevas favorecían su conservación:
Las tinajas más antiguas presentan en su borde superior el sello o “marca de alfarero”:
Monumento a Álvar Fáñez
El noble Álvar Fáñez, llamado históricamente Minaya, fue uno de los principales capitanes del rey Alfonso VI de León, que cumplió un destacado papel protegiendo frente a los musulmanes, la frontera de Castilla entre Cuenca y Toledo, región que a mitad del siglo XII era conocida como «tierra de Álvar Fáñez»:
Palenque
Ubicado en la zona de las murallas, cerca del casco antiguo. Está destinado a varios usos: el más llamativo, es que es el lugar donde se realiza el famoso Festival Medieval, aunque también es utilizado como plaza de toros o para efectuar eventos deportivos:
En los años 80 del siglo pasado, se construyeron las gradas de piedra para la celebración de espectáculos:
Hita – Madrid (1h)
Con esto dimos por concluida la excursión, salimos a las 18:00 de Hita y a las 19:00 estabamos de vuelta en Madrid.
Como véis una excursión muy cercana a Madrid, con desplazamientos entre pueblos bastante cercanos y patrimonio muy interesante: castillos, palacios, bodegas, … Os la recomendamos mucho, si buscáis una excursión menos típica desde Madrid.
Le estamos cogiendo el gustillo a Guadalajara y sus pueblos: Brihuega, Sigüenza, Torija, … Tenemos ganas de seguir conociendo otros como Pastrana o Atienza que tienen muy buena pinta también, así como una ruta por los Pueblos de la Arquitectura Negra: Campillo de Ranas, Tamajón, Valverde de los Arroyos…