Tras haber visitado Cogolludo, Jadraque e Hita, y aprovechando que le estábamos cogiendo gustillo a conocer la provincia de Guadalajara, aprovechamos un día del puente de diciembre de 2019 para conocer Pastrana, la capital de la Alcarria.
Madrid – Pastrana (80 KM, 1h 15′)
Pastrana no dista mucho de Madrid, pero el trayecto se hace algo pesado, ya que hay bastantes kilómetros que no se hacen por autovía. Aun así, se encuentra a una distancia bastante razonable para hacer una excursión de un día. Aparcamos el coche en un parking público gratuito, que se encuentra a unos 5′ andando del centro del pueblo (Plaza de la Hora). Llegamos a las 12:00 y nos fuimos a las 17:15 para que os hagáis una idea de lo que tardamos en visitar el pueblo (comida incluida). Tenéis que intentar cuadrar bien las visitas al Palacio Ducal y a la Colegiata, los dos puntos principales de interés.
Índice
Palacio Ducal (Plaza de la Hora)
Doña Ana de la Cerda compró la villa de Pastrana en 1541, y da comienzo a la construcción del palacio proyectado por el famoso arquitecto Alonso de Covarrubias:
El edificio es de estilo renacentista español, con planta cuadrada, torres en las esquinas y patio central.
Por diversos motivos legales, el palacio nunca se finalizó. En 1997, la Universidad de Alcalá de Henares adquiere el palacio y emprende las obras de restauración y finalización:
El precio de la visita guiada es de 2 euros por persona. La visita dura unos 45 minutos. Nosotros hicimos la de las 12:30. Conviene escribir a la oficina de turismo para informarse de los horarios (e incluso reservar previamente si tu visita coincide con festivos de mucha afluencia, como el del puente de Diciembre): L-V: 12:30 y 16:30, S: 12:30, 17:00 y 18:00, D: 11:30, 12:30.
En el interior, se conservan unos maravillosos artesonados, de estilo plateresco, diseñados por Alonso de Covarrubias. Es lo que más merece la pena del interior del palacio, ya que apenas se conserva algo de mobiliario. También se conservan en algunas salas, azulejos toledanos de estilo mudéjar:
Hay un personaje histórico relacionado con la villa, cuyo retrato verás por todo el pueblo. Se trata de Ana de Mendoza y de la Cerda, más conocida como la Princesa de Éboli. Su peculiar retrato, con un parche en el ojo derecho, te perseguirá por todas partes de la localidad.
Se desconoce si el uso del parche era debido a algún problema de visión o simplemente como coquetería, pero sí que se ha llegado a conocer su gran personalidad, vida amorosa, intrigas o su elevada influencia política en la época, por lo que hoy en día es un personaje que despierta gran interés:
Nacida en Cifuentes (Guadalajara) en 1540 fruto del matrimonio de D. Diego Hurtado de Mendoza, Príncipe de Mélito, Duque de Francavilla (Nápoles) y Virrey de Cataluña y de Dª Catalina de Silva.
Fue prometida siendo todavía una niña (12 años) a Ruy Gómez de Silva que era veinticuatro años mayor. De este matrimonio nacieron 10 hijos de los cuales 6 sobrevivieron a la edad adulta.
Conocida como Princesa de Eboli, colaboró junto a su esposo en el engrandecimiento de la Villa. Tras enviudar, ingresó un tiempo en el Convento de San José, fundado por Santa Teresa de Jesús, con la que tuvo bastantes desavenencias.
Posteriormente, tras su vuelta a la corte, fue acusada de conspiración por Felipe II, acabando siendo emparedada en su propio Palacio de Pastrana, durante once años de cautiverio, hasta su fallecimiento en 1592. Un final de lo más triste.
Cuenta la leyenda que solo podía asomarse una hora al día a la bella reja del torreón del palacio, de ahí que la Plaza Mayor de la villa no reciba este nombre sino el de Plaza de la Hora:
Plaza de la Hora
Gran plaza de armas que se abre ante el Palacio Ducal, dotándolo de poderío y grandeza. Actualmente uno de los laterales se encuentra soportalado:
Ayuntamiento
El edificio del Concejo es un gran caserón en cuya fachada se encuentra el antiguo escudo municipal tallado en piedra:
Restaurante El Cenador de las Monjas
Este lugar debería ser considerado un monumento más a visitar en Pastrana. Ocupa las antiguas dependencias del Convento de San José, del S. XVI, fundado por Santa Teresa y los Príncipes de Éboli. El lugar tiene mucha historia y encanto, ya que el salón tiene vestigios originales (como la escalera que sube al comedor) de la época:
Tiene un ambiente romántico y una decoración que invita a la privacidad. Se puede probar platos típicos castellanos (gachas, migas, …) utilizándose también las materias primas del huerto del convento, por lo que la calidad de sus platos es indudable:
Comimos de carta, y nos pareció bastante ajustado de precio tanto por la calidad de los platos como por el servicio ofrecido. Restaurante muy recomendable.
Fuente de los Cuatro Caños
Fuente señorial del S. XVI. Destacan los 4 mascarones en relieve sobre los que salen los caños del agua:
Casa del Caballero Calatravo (Calle Palma)
La Orden de Calatrava obtuvo del Rey Alfonso VIII, en 1174, el gran alfoz de Zorita, al que pertenecía Pastrana en aquel momento. Esta casona perteneció, como afirma su escudo, a algún caballero calatravo:
Sinagoga Judía (Calle Palma)
Tan sólo se conservan algunos detalles ornamentales, como estos grabados sobre estuco, donde está representada la estrella de David, de seis puntas, de origen judío:
Palacio de Burgos (Calle Palma)
Gran casa solariega, donde destaca el escudo de armas de la familia Burgos, timbrado por la clásica celada que señalaba su hidalguía:
Iglesia Colegiata de la Asunción (C/ Melchor Cano “el Viento”, 1 )
Fue construida originalmente hacia el S. XIV, aunque fue recibiendo añadidos, como la portada norte, que fue construida en estilo gótico en el S. XV, y finalmente la gran ampliación de naves y crucero en el S. XVII, promovida por el Arzobispo Fray Pedro González de Mendoza (hijo menor de los príncipes de Éboli):
El precio de la visita guiada es de 5 euros por persona. La visita dura unos 50 minutos. Nosotros hicimos la de las 16:00 (por lo que te daría tiempo a llegar justo a la visita de las 17:00 del palacio ducal, si visitas Pastrana un sábado). Conviene escribir a la oficina de turismo para informarse de los horarios:
Pases sábados y festivos no religiosos: 10:30, 11:30, 13:15 , 16:00 y 17:30h.
Pases domingos y festivos religiosos: 10:30, 11:00, 13:15 , 16:00 y 17:30h.
Primero se contemplan algunos de los elementos más importantes de la iglesia como el órgano (que a la salida de la visita tuvimos la suerte que el párroco interpretó en él algunos villancicos), el retablo mayor o la cripta donde se encuentran los restos de los duques de Pastrana:
Aunque la verdadera joya de la colegiata, es que alberga el magnífico Museo Parroquial, destacando la colección de tapices góticos de Alfonso V de Portugal. Se trata de un imprescindible si vais a Pastrana, es bajo nuestro juicio, la mejor visita que se puede hacer en la villa.
Se trata de la serie de tapices gótico flamencos más importante del mundo de finales del S. XV, que narran la conquista de las plazas del norte de África por las tropas de Alfonso V de Portugal.
Según los historiadores, los tapices fueron confeccionados entre los años 1472 y 1475, en el Taller de Paschier Grenier, en la ciudad belga de Tournai. Fueron sometidos a una profunda restauración en la Real Manufactura De Wit, en la ciudad belga de Malinas, entre los años 2008 y 2010.
Además de su extraordinaria calidad, tamaño y perfección técnica (miden aproximadamente 4 m. de alto x 11 m. de largo cada uno), destacan por describir unos hechos históricos contemporáneos a su realización, tejiéndose pocos años después de los hechos relatados en ellos.
En total se exhiben 6 tapices, la serie de 4 tapices sobre la Conquista de Arcila y Tánger: «El Desembarco de Arcila», «El Cerco de Arcila», «El Asalto de Arcila» y «La Toma de Tánger»:
y la de 2 tapices sobre la toma de Alcázar Seguer: «La Entrada en Alcázar Seguer» y «Cerco de Alcázar Seguer»:
Pero la cosa no queda ahí, también se visitan algunos otros tesoros que esconde la colegiata: misales, custodias, un retablo de la Piedad donado por el Papa Urbano VIII con el símbolo de las 3 abejas de los Barberini, un catafalco con un conjunto de exequias del S. XVII pertenecientes a la familia de Éboli, …:
Arco y Convento de San Francisco
En 1369, la Orden de Calatrava, consiguió que Pastrana fuera nombrada Villa, dando comienzo a la construcción de la muralla, la cual rodeaba la localidad por completo.
Al fondo de la imagen se encuentra el Convento de San Francisco (1460), del que aún se conserva la espadaña de la iglesia:
Casa de Moratín
En esta casona, ubicada en el barrio del Albaicín, se piensa que Leandro Fernández de Moratín escribió algunas de sus obras más famosas como “El sí de las niñas”:
Palacio Viejo
Este edificio de bella y curiosa fachada, fue el único construido fuera de la muralla medieval, como Hospedería de la Orden de Calatrava:
Pastrana – Madrid (80 KM, 1h 15′)
Con buen sabor de boca, abandonamos Pastrana y pusimos rumbo a casa. Tenemos ganas de seguir conociendo la bonita provincia de Guadalajara.
Cuando venga mejor tiempo seguramente visitemos los Pueblos de Arquitectura Negra y también Atienza, otra villa medieval.