En Noviembre de 2022 realicé esta ruta de senderismo que permite visitar dos pozas con mucho encanto natural: la Poza de Sócrates y la Poza Joselu desde el parking de Puerto de Cotos.
Además es una zona donde los grandes desniveles favorecen la formación de preciosos saltos de agua, cascadas y pozas en los numerosos arroyos de la zona. Durante el recorrido seguimos el curso del arroyo de las Guarramillas, en el que además visitaremos un maravilloso tejo centenario al lado de una cascada escondida entre paredes de roca:
Índice
Ruta a las Pozas de Sócrates y Joselu (Puerto de Cotos)
9’5 KM | 3H | Media/Alta | 349 M. | >15 años | Sí | No | No |
Parking Puerto de Cotos
Para realizar esta ruta, estacioné el coche en el parking del Puerto de Cotos. Tiene 250 plazas y en fines de semana y festivos conviene llegar pronto. Yo llegué a las 09:30 de un festivo y ya había bastantes coches, aunque todavía quedaban sitios. Cuando acabé la ruta a las 12:30 había algunos sitios, de gente madrugadora que ya había terminado.
Hay que tener en cuenta que desde aquí también parte una de las rutas de senderismo más famosas en Madrid, la de las Lagunas de Peñalara, así que siempre hay mucha afluencia:
Contiguo a este parking se encuentra una helisuperficie y un lugar donde solo pueden aparcar los vehículos de emergencias y sanitarios.
Pasada esta zona, nos encontramos una barrera que impide el paso de vehículos no autorizados. Es la carretera a Valdesquí que procedemos a tomar:
Carretera a Valdesquí
Vamos por el arcén de la carretera aunque tiene pinta que no va a pasar ningún coche. También creo que se podría ir por un sendero, pero como es bastante poco tramo creo que no merece mucho la pena:
A continuación, ascendemos por una amplia pradera hasta llegar a una colina. Al otro lado se encuentra el Refugio El Pingarrón y a nuestro alrededor unas bonitas vistas de Cabezas de Hierro, Peñalara y el Valle de la Angostura:
El día soleado (pero frío), junto a la niebla y el rocío mañanero, le da un aspecto muy chulo a esta zona:
Refugio El Pingarrón
Es un refugio de la red de la Comunidad de Madrid. Consta de un salón amplio y confortable con una estufa de leña y una chimenea, una pequeña cocina a gas suficiente para cocinar/calentar comida y una habitación con literas corridas con capacidad para unas 25 personas. El refugio es 100% ecológico pues funciona con energía solar, agua de lluvia, …:
Seguimos por la ancha pista, hacia el arroyo de las Guarramillas, llegando a un puente de madera (no lo cruzamos en esta ruta) y por la orilla izquierda, seguimos el pequeño sendero que pronto nos lleva a la Poza de Sócrates:
Poza de Sócrates
Esta poza no debe su nombre al famoso filósofo griego, sino a un antiguo jugador del Atlético de Madrid: Sócrates Quintana, natural de Mieres. Durante su larga vida (1891-1984) tuvo numerosas ocupaciones: atleta (plusmarquista nacional de salto con pértiga, 800 metros lisos y decatlón), pintor e ilustrador, así como funcionario de Hacienda:
Por si esto fuera poco, también fue miembro fundador del Club Alpino Español (1914), que disponía de un refugio en Cotos. Gracias a su contribución, se construyó un muro de contención para que los miembros del club se pudieran dar un baño:
Se forma una pequeña cascada de unos 3 metros de altura, que arroja sus aguas a una fotogénica poza:
Aquí os dejo un video de este bonito lugar:
Arroyo de las Guarramillas
Seguimos bajando poco a poco por una vereda junto al arroyo. Es muy hermoso toda esta parte, ya que el desnivel favorece la aparición de saltos de agua y pequeñas cascadas:
La vegetación está compuesta principalmente por pinos, álamos, majuelos, abedules y helechos. En cuanto a la fauna, podemos encontrar jabalís, corzos, liebres, caballos y vacas:
Aunque esta parte es preciosa, he de advertir que la parte que comprende desde la Poza de Sócrates hasta un cortafuegos que hay más adelante, puede no ser apta para todas las personas. El sendero es bastante difuso, y en mi caso, me encontré el terreno bastante resbaladizo, en especial una zona de rocas lisas que habia que tener bastante precaución. No me pareció adecuada esta parte si quieres hacer la excursión con niños. En esta ruta de wikiloc se va de una poza a otra sin pasar por esta parte:
Siguiendo el curso del arroyo a través de este sendero que gana cada vez más altura respecto al arroyo, llegamos a una zona donde la actividad humana (orugas/ grúas) ha destrozado el camino para hacer un falso cortafuegos. Es una zona de unos 100 m de fuerte descenso por tierra movida, hasta alcanzar de nuevo el arroyo. El uso de palos te puede ayudar a ir más seguro. Yo en estos terrenos siempre saco el palo (el otro se me rompió al poco de comprarlo), porque a veces se me va algún pie y agradezco tener un tercer punto de apoyo.
Hay que bajar despacio y con cuidado para no tropezar y correr el riesgo de darte con alguna roca más grande en la cabeza, pero no es complicado bajarlo:
Nada más bajar el cortafuegos, llegamos a una zona ya muy próxima al río. En mi caso había un par de piedras lo suficientemente secas para poder saltar fácilmente al otro lado. Si el arroyo baja con más caudal, es posible pasar al otro lado del río a través de una pasarela que hay siguiendo un poco más adelante, pero en mi caso no me hizo falta utilizarla.
Nada más cruzar, te encuentras con una zona con muchísimas piedras sueltas y aspecto de ser poco agradable por la que andar, parece que de nuevo la actividad humana ha dejado más huella de la deseable:
Tenemos que tomar ese camino poco apetecibe, pero en realidad es fácil de subir y la rampa dura tiene pocos metros, luego se suaviza mucho el camino. Desde aquí tenemos a tiro de piedra dos de las joyas ocultas de la ruta: el tejo centenario y la cascada escondida. Te aseguro que merece la pena el desvío:
Tejo Centenario
El tejo es una especie indiferente al sustrato que crece en barrancos, laderas o roquedos de bosques mixtos y alcanza los 2000 m de altitud. Hoy día su área de distribución está notablemente mermada y apenas quedan ejemplares sueltos o pequeños rodales aislados en las zonas más protegidas e inaccesibles de nuestras montañas, siendo los lugares donde aparecen áreas de gran calidad ambiental:
Éste cumple todos los parámetros a la perfección, resguardado en una parte poco accesible, se alza portentoso como espectador de lujo ante una bonita cascada escondida entre rocas:
En esta zona del valle de la Angostura, hay más tejos, algunos incluso milenarios. En particular uno llamado Tejo de Barondillo (o Tejo del arroyo de Valhondillo), que se encuentra bastante cerca de éste, más pŕoximo al famoso puente de la Angostura. Es posible incluso hacer una ruta circular de unos 20 km para conectarlos.
Cascada Escondida
Enfrente del tejo, y delatada por el ruido del agua al discurrir entre las rocas, se presenta una hermosa cascada/chorrera en una zona más barrancosa, que favorece que el agua caiga a plomo:
Puedes intentar acercarte más para verla más de cerca, pero esas rocas con musgo y resbaladizas no me dieron buena espina:
El bosque en otoño está precioso, miraras por donde miraras podías hartarte a echar fotos:
A partir de aquí, el camino se suaviza, pues tomamos la pista forestal hasta el arroyo de la Angostura donde se encuentra la increíble Poza Joselu. A partir de aquí la ruta es coser y cantar:
Por el camino pasamos por el arroyo de Cerradillas:
Muy cerca, se encuentra el lugar de nacimiento del Río Lozoya, que todavía en esta zona se conoce como arroyo de la Angostura, y que en realidad bebe de todos estos arroyos que nos hemos ido encontrado y algunos otros más:
Esta zona es otro espectáculo visual, una maravilla recorrerlo y además poco transitada, en mi experiencia:
Poza Joselu
Más humilde y desconocida que la de Sócrates, a mi esta poza me gustó más. El entorno me pareció maravilloso, con una espesa vegetación con varias tonalidades de verdes y rojos. Las fotos como siempre no hacen justicia a la belleza del lugar:
La cascada que se forma es más pequeñita. La verdad que invita a pegarse un buen chapuzón en verano, aunque está prohibido:
Aquí os dejo otro video de este lugar entrañable de nuestra montaña:
Nos topamos con otro de los numerosos arroyos de esta zona, el arroyo del Toril, éste con un caudal más modesto:
Camino de las Vueltas
Desde aquí continuamos por la senda forestal hasta tomar a la izquierda el camino de las Vueltas, que permite salvar de una manera bastante suave (no hay ninguna rampa fuerte) el desnivel aproximado de 300 m. hasta el Puerto de Cotos. Toda la ruta hasta llegar a las pozas había sido en bajada, así que ahora tocaba subirlo:
El camino es ancho, mucho más sencillo de recorrer que la primera parte de la ruta:
Cruce M-604
Llegamos a un punto de riesgo en el que hay que cruzar la carretera M-604, con un poco de cuidado porque por un lado (por la izquierda) es una recta pero por el otro (por la derecha) está bastante cerca de una curva, aunque la carretera es bastante estrecha:
Una vez cruzada la carretera, tomamos un sendero que acaba cruzándose con el camino viejo del Paular, y juntos desembocan en la Pradera de los Guerrilleros:
Esta parte es menos atractiva que la parte de las pozas (va paralela a la M-604 pero a mayor altura), pero aún así el entorno es agradable y en algunos puntos el pinar se abre y tienes buenas vistas de las cimas de los alrededores:
Se vuelve a cruzar el arroyo del Toril, justo antes de desembocar en la Pradera de los Guerrilleros:
Pradera de los Guerrilleros
Se trata de una inmensa pradera, donde hoy en día hay multitud de personas paseando tranquilamente a los perros, pero que en tiempos de la Guerra Civil albergaba puestos de observación y vigilancia, ya que se pueden contemplar algunos restos de los campamentos:
En efecto, desde este bonito lugar, hay muy buenas vistas de todas las cimas de los alrededores, idóneo para tareas de vigilancia:
Justo antes de terminar la ruta, me topé con un grupito de vacas, las cuales siempre observo de lejos y sin molestar, porque me dan bastante respeto sus pitones, por muy mansas que parezcan:
Asimismo, a pocos metros antes de llegar al aparcamiento, aparecen unas fotogénicas cabañas de esquí nórdico:
En resumen una ruta preciosa sin excesivas complicaciones ni demasiado larga, y que en otoño permite apreciar un fantástico bosque por el que transcurren numerosos arroyos formando preciosas pozas y cascadas. Totalmente recomendable.