DÍA 2: DOMINGO 14 ABRIL 2019
Teníamos pendiente algunas visitas en Heidelberg, así que antes de continuar ruta por los pueblos de la Selva Negra, rematamos de ver la ciudad, esta vez por suerte, sin la pesada lluvia de la noche anterior.
Iglesia Jesuita (Schulgasse 4)
Construida a principios del S. XVIII, es de estilo barroco, donde llama la atención el color rojizo de la construcción:
Universidad Nueva (Universitätsplatz 1)
Heidelberg es una importante ciudad universitaria. Formada por 18 Facultades, es la universidad más antigua de Alemania. Se fundó en 1386 y hoy tiene unos 32.000 estudiantes. Por sus pasillos han pasado el pianista Robert Schumann o el excanciller Helmut Kohl. Se pueden ver dos ampliaciones de la institución: la Neue y la Alte Universität, del siglo XVIII:
Biblioteca(Plöck 107-109)
Fue establecida por el Elector Ruprecht I del Palatinado en el siglo XIII. Las colecciones se expandieron a lo largo de los siglos que siguieron con donaciones de aristócratas y gobernantes de la región del Palatinado. Una gran parte de la colección se perdió durante la Guerra de los Treinta Años, cuando el victorioso líder bávaro Maximiliano I la regaló al Vaticano. Hoy en día, la biblioteca almacena más de 3 millones de libros, además de pinturas, publicaciones periódicas, fotografías y exhibiciones multimedia.
No dejes pasar por alto el contemplar al menos su hermosísima fachada principal:
Peterskirche (Plöck 70)
Se trata de la iglesia más antigua de la ciudad (S. XIII). Se encuentra justo enfrente de la Biblioteca:
Studentenkarzer (Augustinergasse 2)
Es una de las visitas más originales de la ciudad. Se trataba de una cárcel para estudiantes díscolos. Aquí se confinaban, entre 1778 y 1914, a quienes no cumplían con sus obligaciones académicas o cometían pequeñas fechorías. La pena mínima era de tres días (con dieta de pan y agua) y se podía salir por causa mayor, como un examen. Hoy en día se puede visitar y admirar las pintadas y graffitis de todos los estudiantes que pasaron por aquí:
Haupstrasse
Se trata de una kilométrica calle, por donde pasaras varias veces, debido a la oferta de ocio y restauración:
Heidelberg – Sasbachwalden (117 KM, 1h 15′)
En poco más de una hora cubrimos la distancia entre Heidelberg y el primer pueblo que visitaríamos en la Selva Negra: Sasbachwalden, considerado por los propios alemanes como uno de los más bonitos de la zona.
SASBACHWALDEN
Wallfahrtskirche
Aparcamos el coche justo enfrente de esta iglesia, donde justo enfrente había una maravillosa vista de los viñedos:
Viñedos Alde Gott
Hay unos 400 productores de vino en una cooperativa local, algo que explica el paisaje de viñedos en todas direcciones:
El pueblo presenta la arquitectura típica en los edificios de esta zona, fachadas entramadas:
En el pueblo son típicos los barriles de vino, ¡¡incluso hay un hotel en el que te puedes alojar en uno de ellos!!:
Schnapsbrunnen
Esta fuente de vino se encuentra situada justo enfrente del restaurante Sonne (Talstraße 32), se trata de una fuente autoservicio donde puedes probar vinos de la zona dejando unas monedas:
Hotel Engel (Talstraße 14)
Establecido en 1764, se trata del alojamiento más famoso del pueblo. Presenta una fachada muy bonita que captará tu atención:
Aquí no hay más consejo que vayas paseando por el pueblo a tu ritmo y disfrutar de las fachadas, dejando el mapa a un lado:
Ald Saschwalle (Talstraße 3)
Lo que sí os recomendamos es parar a tomar algo o comer en alguno de los establecimientos. Nosotros comimos en este restaurante, y fue un gran acierto. El camarero era amistoso y hablaba bien inglés. Probamos comida típica de la zona de la Selva Negra, una especie de fondue y una pizza de masa fina. Estaba todo bueno y no fue nada caro:
Sasbachwalden – Gengenbach (44 KM, 40′)
Tras la comida nos dirigimos al segundo pueblo de la Selva Negra del día de hoy: Gegenbach.
GEGENBACH
Se trata de otro pueblo imprescindible en tu ruta por la zona. Aquí se rodaron escenas de la película de Charlie y la Fábrica de Chocolate.
Aparcamos el coche en un parking de Friedrichstraße, justo al lado del caso antiguo.
Marktplatz
Se trata de la Plaza del Mercado. Las tres calles principales convergen en ella. En el centro se encuentra la Fuente del Mercado, con la figura de un caballero (S. XVI). En la plaza también se encuentra el Ayuntamiento, de fachada clasicista:
Niggelturm (Hauptstraße 37)
También llamada Torre Niggel. En este espacio se encuentra el Museo de los Tontos (Narrel Museum), que muestra objetos utilizados en el carnaval del pueblo:
Engelgasse y Höllengasse
Callejones del Ángel y del Infierno, en ellos se aprecian bonitas casas coloridas con entramados de madera:
Obertorturm
Se trata de una torre defensiva de la ciudad. En su fachada se aprecia un reloj y un águila, que representa que fue una ciudad imperial libre:
Stadtkirche Sankt Marien
Adosada a la Abadía Benedictina, se encuentra la Iglesia de Santa María, una iglesia de tres naves, que data de principios del S. XII:
Merece la pena entrar a ver los bonitos y coloridos frescos que decoran todo el interior de la iglesia:
Kinzigtor
Es la otra torre defensiva que se conserva de la ciudad, debe su nombre al río que pasa por la ciudad (Kinzig):
Todavía conserva el arco con el rastrillo levadizo:
Gengenbach – Schiltach (41 KM, 44′)
Después de reponer fuerzas en la cafetería Bäckerei Dreher (Victor-Kretz-Straße 14 ), donde tratamos de probar la tarta Selva Negra (estaba agotada y tuvimos que conformarnos con una Sacher, que tampoco está tan mal…) pusimos rumbo al último pueblo del día: Schiltach, donde haríamos noche.
SCHILTACH
Marktplatz
Aparcamos justo en la Plaza del Mercado, enfrente de lo que sería nuestro hotel para pasar la noche: el Gasthof Sonne. El acceso es complicado porque es una cuesta con mucha pendiente y encima está empedrada, eso sí es una plaza preciosa, la mires por donde la mires:
Ayuntamiento
El precioso edificio del ayuntamiento cuenta la historia del pueblo en unos coloridos frescos:
Cogimos la calle que sale a la derecha del ayuntamiento (Schlossberg), en una empinada cuesta llena de bonitos edificios:
Tuvimos como recompensa unas maravillosas vistas del pueblo desde lo alto:
Nos aventuramos por otras calles que van bajando al pueblo a través unas escaleras (si vais con bebé es buena idea ir con mochila, porque las cuestas serían bastante duras con carrito).
Como en otros pueblos de la zona, aquí no hay que ir con mapa tachando monumentos, su encanto reside en disfrutar y caminar por el pueblo. Nos llamó la atención que no había prácticamente nadie en el pueblo, parecía que estábamos nosotros solos:
No dejéis de ver la zona que está a orillas del río, las fachadas de las casas son bien bonitas:
Evangelische Stadtkirche
En nuestro paseo llegamos hasta esta iglesia evangélica, de estilo neogótico:
Tras el paseo, volvimos al hotel, ya que como veis el pueblo no está muy animado, jaja. Eso sí, es precioso y tampoco puede faltar en vuestra ruta por estas tierras.
Al día siguiente visitaríamos más pueblos en la Selva Negra: Triberg, el Lago Titisee y la capital de esta zona: Friburgo de Brisgovia.
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