Esta ruta de senderismo que realicé en Agosto de 2022, dió el pistoletazo de salida a la temporada 2022/2023.
Se trata de una bonita ruta por el Valle de la Fuenfría, visitando las Rocas de Laín (mirador de 7 picos), la Fuente de los Acebos (nacimiento del río Pradillo) y los Petroglifos (dibujos grabados en la roca) del Dragón, Zorro y Lobo (aunque hay al menos un par más por la zona: Buitre y Corzo). Como complemento también se visita el Reloj de Cela y los Miradores de los Poetas (los cuales ya conocía de esta otra ruta por Cercedilla):
Índice
Rocas de Laín, Fuente de los Acebos y Petroglifos (Dragón, Zorro y Lobo) desde Camorritos (Cercedilla)
| 10 KM | 3H 30′ | Media/Alta | 457 M. | >15 años | Sí | No | No |
Parking
Para comenzar la ruta, lo mejor es estacionar el coche en los alrededores del apeadero de Camorritos, en la parte alta de Cercedilla. Se puede dejar pegado a las vías del tren (hoy en día este apeadero está en desuso, no se utiliza).
Es una muy buena ruta para realizar en verano ya que es corta, no muy exigente y bastante sombreada en todo su recorrido.
Una vez aparcado el coche, dejando las vías del tren a tu espalda, hay que ir de frente y empezar a subir por una calle que pica para arriba (Calle de las Encinillas). Seguimos ascendiendo gradualmente hasta llegar a una puerta. Aquí tenemos dos opciones para llegar hasta la Fuente de los Acebos:
- Tirar para la derecha, por la Senda de la Teja, siguiendo el curso del río Pradillo.
- Seguir recto, tomando la Vereda de las Encinillas.
Mi idea inicial era la opción 1, pero me empecé a encontrar ganado suelto, y en concreto, una vaca con buenos pitones que estaba desafiante en mitad de un camino estrecho. Así que volví sobre mis pasos y opté por la opción 2. En el track de wikiloc he limpiado esa parte, por si alguien sigue la ruta, que no haya confusiones.
Si se sigue el curso del r´ío Pradillo, se puede observar la Chorrera del río Pradillo, pero a buen seguro que me la hubiera encontrado bastante seca a finales de Agosto.
Vereda de las Encinillas
Así pues, el destino me puso en esta vereda, que resultó ser la parte más exigente de la ruta. Es el típico sendero lleno de incómodas piedras y raíces y que pica bastante para arriba:
El consuelo, es que de vez en cuando se abre, y a modo de excusa, puedes parar a hacer alguna foto de las bonitas vistas:
Este incómodo tramo hasta llegar al Camino de la Pata de Cabra, tiene una longitud aprooximada de 1’5 km, por el camino se atraviesa el Arroyo del Polvillo, el cual dada la época en la que hice la ruta, no estaba en su mejor momento:
Camino de la Pata de Cabra (Senda Herreros)
Con alegría, cogemos el Camino de la Pata de Cabra, un caramelito de senda, comparado con la tortuosa senda que acabamos de ascender:
Nuestro objetivo es alcanzar las Rocas de Laín, un estupendo mirador del Cóncavo de 7 Picos.
Este tramo es de unos 850 m, los cuales pasan enseguida.
Rocas de Laín
Este bonito lugar, recibe el nombre por Pedro Laín Entralgo, amigo del poeta Luis Rosales:
En la roca grande que hay detrás del tronco con la inscripción «Rocas de Laín», podemos contemplar una poesía suya, grabada en la piedra:
Este lugar es un estupendo mirador del Cóncavo o Hueco de Siete Picos, a los pies del Dragón:
Petroglifo del Dragón
En el roquedal que hay en la zona de las Rocas de Laín, podemos contemplar un dragón grabado en la piedra, siendo también la Senda Herreros parte de la ruta del anillo del Dragón, ya que la silueta de los 7 picos se asemejan a un Dragón tumbado.
La verdad es que este bonito grabado habría que repasarlo, porque con las inclemencias del tiempo ha quedado bastante borrado:
Fuente de los Acebos
Recibe su nombre por encontrarse rodeada de acebos y es el nacimiento del río Pradillo. Éste arroyo junto con el arroyo de Matalsalgado y el arroyo de la Fuenfría, originan el río Guadarrama.
A finales de verano la fuente está seca, pero suele llevar abundante y fresca agua.
Es una zona bastante bonita, salvaje y con abundante vegetación, por lo que encontrar la fuente puede resultar un poco confuso:
Una vez visitado la Fuente de los Acebos, volvemos sobre nuestros pasos a través del Camino de la Pata de Cabra, teniendo como objetivo la Pradera de Navarrulaque:
Banco Herreros
Es un banco construido en homenaje a Enrique Herreros (1903-1977): dibujante, pintor, grabador, fotógrafo, cineasta y montañero peñalaro, el cual marcó la senda que lleva su apellido, la Senda Herreros:
Pradera de Navarrulaque
Se trata de una bonita pradera (buen punto también para descansar y echar el aperitivo) que constituye un auténtico cruce de sendas y caminos: Victory, Herreros, Alevines, Encinillas y Carretera de la República:
Desde este punto, tomamos la Carretera de la República para ir en un cómodo paseo hasta el Reloj de Cela y los Miradores de los Poetas:
Relol de Cela
Se trata de un reloj solar dedicado al escritor Camilo José Cela, amante de la belleza de esta sierra:
Mirador de Vicente Aleixandre
En 1984, con el adiós del poeta y premio Nobel, Vicente Aleixandre, se le atribuyó su nombre a uno de los miradores. Es uno de los poetas más representativos de la Generación del 27.
En una de las rocas está labrado uno de sus poemas: “Sobre esta cima solitaria os miro / campos que nunca volveréis por mis ojos / Piedra de sol inmensa, eterno mundo / y el ruiseñor tan débil que en su borde lo hechiza”:
Desde estos miradores se puede llegar a contemplar: Siete Picos, Navacerrada, la Maliciosa, la Cuenca del Guadarrama, el Valle de Cuelgamuros y el Pico de Abantos, así como el Embalse de Navalmedio.
Lo que más me gusta de este mirador, es la vista espectacular del Macizo de Siete Picos, donde podemos intuir la silueta del Dragón, nombre que recibía este lugar en la Edad Media:
Mirador de Luis Rosales
No es el único poeta que tiene su rincón en esta zona. También Luis Rosales, perteneciente a la Generación del 36, fijó su residencia en Cercedilla y también tiene su privilegiado espacio.
Se puede contemplar sobre una piedra cercana, su famosa oda dedicada a esta localidad: “Las noches de Cercedilla / las llevo en mi soledad / y son la última linde / que yo quisiera mirar”:
Estos miradores son un excelente lugar para hacer un pequeño parón en la ruta y recrearse con las vistas, aunque yo no me entretuve apenas, ya que ya los conocía:
Una vez visitados los Miradores de los Poetas, tomamos la Senda Sevillanos para ir en busca de los Petroglifos del Lobo y del Zorro. En este sentido, es de bajada y es de éstas que te machacan las rodillas, al estilo de la Vereda de las Encinillas. Desde el Mirador de Luis Rosales hasta los petroglifos hay 1 km de distancia:
Petroglifo del Lobo
Para llegar a los petroglifos, hay que alejarse unos metros de la Senda Sevillanos, siguiendo un sendero difuso hasta llegar a un roquedal de piedra, donde se ubican ambos petroglifos. La verdad que no me queda del todo claro cuál es el zorro y cuál el lobo:
Petroglifo del Zorro
En cualquier caso, desde esta zona, también hay unas vistas muy bonitas de los alrededores:
El resto de la ruta, no tiene mucho más a destacar, básicamente consiste en hacer la ruta circular para llegar al coche que hemos dejado junto a la estación de Camorritos, atravesando varias puertas que impiden el paso al ganado.
