En nuestra segunda jornada en la ciudad, recorrimos durante el día el artístico Cementerio Monumental, el gran Parco Sempione y el imponente Castello Sforzesco. Al caer la noche pateamos el Barrio Ticinese y los animados canales (Navigli) lugar ideal para acabar el día.
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DIA 2: VIERNES 8 DICIEMBRE 2006
Cementerio Monumental
Aunque a priori no parezca ser un sitio demasiado adecuado para una visita turística, este cementerio es más bien un museo o galería de arte al aire libre, ya que atesora obras de gran valor artístico de escultores y arquitectos italianos contemporáneos. Es una de las visitas más recomendables en la ciudad:
El famedio es la entrada principal al cementerio, consiste en una construcción al estilo neo-medieval de mármol y ladrillos. Fue construido inicialmente para ser una iglesia, pero desde el 1870 se transformó en un lugar de sepultura para los italianos más famosos:
El cementerio data de 1866 y en sus 250.000 m2, alberga esculturas, templos, obeliscos e incluso una versión a pequeña escala de la Columna de Trajano:
Las más importantes familias milanesas están aquí representadas en forma de bellos mausoleos, así como personalidades de campos muy diversos como Alessandro Manzoni (poeta), Carlo Forlanini (médico), Giuseppe Verdi (músico) o Quasimodo Salvatore (poeta):
Una de las tumbas más llamativas es la perteneciente a la familia Bernocchi, una especie de torre blanca, en la que se encuentra esculpida la vida de Jesús:
Parco Sempione
Está ubicado justo detrás del Castello Sforzesco. Fue terminado en 1893 y diseñado con el estilo de los jardines ingleses:
A lo largo de sus 47 hectáreas se pueden encontrar diversos puntos de interés:
Acquario Cívico: Construido en 1906, cuenta con 36 tanques en los que se pueden encontrar más de 100 especies diferentes.
Arena Cívica: Anfiteatro construido en 1806 en el que aún se celebran pruebas de atletismo y conciertos.
Trienal: Promueve el desarrollo de las artes y la arquitectura italiana de vanguardia.
Arco della Pace: Comenzó a construirse en 1807 para conmemorar las victorias de Napoleón. Se terminó en 1826 para celebrar la paz de 1815:
Castello Sforzesco
Castillo construido en 1368 como una fortaleza; más tarde se reformó para ser habitado por el duque de Milán. Durante la revolución y la fundación de la República Ambrosiana, el castillo fue prácticamente destruido:
Posteriormente, fue reformado por la familia Sforza, principalmente por el duque de Sforza (el Moro), el cual gustaba de reunir a las personas más ilustres de la corte en magníficas fiestas y galas, invitando a artistas como Leonardo da Vinci e importantes músicos de la época:
El castillo se divide en diferentes zonas, dentro de las cuales se encuentran diferentes museos. El acceso al patio del castillo es gratuito, pero los museos son de pago:
Museo de Arte Antiguo
Hay frescos de la familia Sforza y muchas esculturas de diferentes períodos históricos. La obra más destacable es la Piedad Rondanini, la última creación de Miguel Ángel, la cual está inconclusa:
También es muy interesante la Sala delle Asse, cuyo techo se encuentra pintado alrededor de 1498, ni más ni menos que por Leonardo da Vinci:
Pinacoteca
Compuesta por 1500 pinturas fechadas entre los S. XIII y XVIII.
Museo Egipcio
Aquí se encuentran estatuillas, momias, sarcófagos y máscaras funerarias procedentes del Antiguo Egipto
Museo de Artes Decorativas
En la Sala Della Balla se encuentra el Arazzi Trivulzio, una serie de doce tapices que representan los diferentes meses de los años. Su diseño se basa en dibujos del pintor italiano Bramantino:
Iglesia de San Sátiro
La construcción comenzó en 1471 cuando el duque Gian Galeazzo Sforza encargó a Donato Bramante la remodelación de esta iglesia.
La parcela no podía ser ampliada en su fondo, razón por la cual el arquitecto renacentista optó por construir un impresionante coro prospettico, un artificio para simular en apenas un metro la profundidad de un coro real. Es por eso que el ábside de 97 centímetros parece que tiene 9,7 metros de profundidad cuando se ve desde la entrada de la iglesia:
Basilica de San Ambrosio
Consagrada en el año 387, fue reconstruida en el S. XI en estilo románico lombardo. Exteriormente, está compuesta por dos torres de ladrillo asimétricas y un enorme atrio, con algunos restos arqueológicos:
Debajo del púlpito se encuentra el Sarcófago de Stilicho, una obra maestra del S XIV. En la cripta se exhiben los esqueletos de San Ambrosio, San Gervasio y San Protasio:
Barrio Ticinese
Porta Ticinese
Fue construida a principios del S. XIX, conectando Milán con Pavia. La estructura neoclásica es obra del arquitecto Luigi Cagnola.
El nombre significa «Puerta del Tesino«, referido al río Ticino, que atraviesa el valle del Po al suroeste de Milán:
Basilica de San Eustorgio
Esta basílica de origen romano (S. IV), es una de las más históricas de Milán. Fue restaurada varias veces a lo largo de los siglos, por lo que la estructura románica original se complementó con elementos renacentistas.
Durante muchos años fue una parada importante para los peregrinos en su viaje a Roma o Tierra Santa, porque se decía que contenía la Tumba de los Tres Reyes Magos:
Basílica de San Lorenzo Maggiore
Edificada en el S. IV, es la más antigua de Milán. Enfrente, se encuentran las Columnas de San Lorenzo, un conjunto de 16 columnas romanas que datan del S. II.
En el interior, decorado con mármol y mosaicos, destaca la Capilla de San Aquilino en la que se pueden ver mosaicos bizantinos del S. IV:
Navigli (Canales)
El leitmotiv del viaje a Milán, fue visitar a unos amigos italianos que conocimos ese verano durante unas vacaciones en Conil. Esta noche quedamos con ellos, y nos llevaron a esta bonita zona repleta de restaurantes, bares y pubs (lástima sólo conocerla de noche, porque de día debe lucir preciosa). Este barrio es ideal para probar el tradicional aperitivi o el cóctel milanés Negroni (ginebra, Campari, vermut rojo y piel de naranja).
Como una manera de agilizar el transporte de materiales y pasajeros, a finales del S. XII, se puso en marcha un proyecto para dotar a Milán de canales de agua accesibles desde el mar. Por dichos canales se transportó el mármol utilizado para construir el Duomo.
En el S. XV, Leonardo Da Vinci mejoró considerablemente su funcionamiento. El desarrollo de los Navigli trajo como consecuencia un rápido desarrollo y prosperidad para Milán. Sin embargo, en el S. XIX, con la llegada de trenes y tranvías dejaron de tener relevancia y muchos fueron cegados.
Actualmente, permanecen sólo dos canales, Naviglio Grande y Naviglio Pavese: