En nuestro segundo día en la capital portuguesa, visitamos el imprescindible barrio de Belem, el bohemio barrio del Chiado y el panorámico Barrio Alto.
Índice
Belem
Se trata de un barrio de obligada visita en Lisboa, hogar de alguno de los monumentos más interesantes de la ciudad: el fabuloso Monasterio de los Jerónimos, construido por Manuel I en el S. XVI en honor a los viajes de Vasco de Gama, o la Torre de Belem, uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad.
Monasterio de los Jerónimos (Mosteiro dos Jerónimos)
Constituye unos de los principales ejemplos de la arquitectura manuelina (comibnación de estilos gótico y renacentista con toques platerescos) en el país y es un homenaje a la época dorada de los descubrimientos, pues Manuel I ordenó su construcción para conmemorar el regreso de Vasco de Gama de la India:
Fue diseñado por el arquitecto Diogo de Boitaca, iniciándose su construcción en 1501 y concluyendo a finales del S. XVI:
Además de su impresionante fachada de más de 300 metros de largo y su hermoso claustro, el conjunto cuenta con una impresionante iglesia:
En el claustro hay una decoración plagada de elementos marítimos y de navegación. El patio central alberga las tumbas de Vasco de Gama y del poeta Luís de Camões. Desde el segundo piso del claustro se puede acceder a la parte superior de la iglesia y a la tumba de Fernando Pessoa:
En el Monasterio de los Jerónimos también podemos encontrar las tumbas de varios monarcas portugueses, como Manuel I y su familia, Sebastián I, Catalina de Austria o Enrique I.
Monumento a los Descubridores (Padrão dos Descobrimentos)
Construido en 1960 para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante. Tiene una altura de 52 m. y es obra de José Ângelo Cottinelli Telmo (arquitecto) y Leopoldo de Almeida (escultor):
En este monolito de piedra con forma de carabela, aparecen 33 personalidades respresentativas de la Era de los Descubrimentos:
Desde la terraza del piso superior se contempla una preciosa panorámica del Monasterio de los Jerónimos al completo. También se aprecia el Puente del 25 de Abril, que se extiende hasta el otro lado del Tajo:
Torre de Belem
Construida en el S. XVI, en la Era de los Descubrimientos, se construyó como fortaleza para proteger la entrada al puerto a través del Tajo. Con el tiempo dejó de utilizarse como elemento defensivo y se utilizó como centro recaudador de impuestos y prisión:
Sus obras comenzaron bajo el reinado de Manuel I, a cargo del arquitecto Francisco de Arruda, cuya experiencia en Marruecos se refleja en la decoración de influencia árabe de los arcos, balcones y cúpulas:
En su estructura podemos observar dos elementos principales: la torre y el baluarte. La torre tiene cinco pisos: en los tres primeros se sitúan la Sala del Gobernador, la Sala de los Reyes y la Sala de Audiencias; en el cuarto una capilla y en el quinto se encuentra la terraza de la torre. El acceso al monumento se realiza por el baluarte, a través de una pasarela:
Antiga Confeitaria de Belem
Esta mítica pastelería es el lugar donde nacieron los famosos pasteles de nata (pasteis de Belém), tan típicos de la ciudad. Es una deliciosa combinación de hojaldre y crema que no debes dejar de probar, y nada mejor que hacerlo en el estableimiento original:
Palacio de Belem
En esta antigua finca de los Condes de Aveiras, comprada por D. Juan V en 1726, está la residencia oficial del presidente de Portugal. Sus salas y salones, son hoy en día escenario de recepciones oficiales:
Palacio Nacional de Ajuda
Este palacio, construido en la primera mitad del S. XIX en estilo neoclásico, fue elegido para residencia de la Familia Real portuguesa cuando Luís I se convirtió en rey de Portugal y se casó con la princesa italiana, María Pia de Sabóia:
No merece la pena llegar hasta aquí (está un poco alejado) solo para ver la fachada, como hicimos nosotros, ya que lo interesante es el interior: ejemplo de una residencia real del ochocientos que, además, presenta una importante colección de artes decorativas (platería, pintura, escultura, mobiliario, tapicería, porcelanas, …):
Chiado
Entre la Baixa Pombalina y el Barrio Alto se ubica el barrio más bohemio de Lisboa, el Chiado. Se trata de una zona llena de cafés y tiendas, como la Casa Havaneza, una de las tiendas de tabaco más antiguas del mundo o el Café A Brasileira (1905), uno de los más míticos y antiguos de la ciudad, que cuenta en su terraza con una estatua del poeta Fernando Pessoa:
Desde finales del S. XIX y principios del S. XX, el barrio fue punto de encuentro de intelectuales, poetas y escritores para reunirse y celebrar sus tertulias:
Barrio Alto
Es la zona con más bares y ambiente nocturno de toda la ciudad. También, dada su privilegiada situación, ofrece buenas vistas panorámicas de la parte baja de la ciudad, como las que arrojan los miradores de San Pedro de Alcántara y de Santa Catalina:
Elevador de Gloria
Este elevador es uno de los más utilizados ya que conecta la Plaza de los Restauradores con el Barrio Alto. Es utilizado para llegar al mirador de San Pedro de Alcántara. Fue inaugurado en 1885:
Mirador San Pedro de Alcántara
Este mirador ubicado en el Barrio Alto, es uno de los más turísticos y famosos. Ofrece unas vistas estupendas: el Castillo de San Jorge, la Catedral, el casco histórico y la Iglesia de São Vicente da Fora:
Iglesia de San Roque
Construida a finales del S. XVI, perteneció a la Compañía de Jesús y fue durante cientos de años la iglesia jesuita más importante del mundo portugués.
La fachada del edificio es bastante sencilla y engañosa, ya que su interior barroco está repleto de ornamentos y conserva algunas piezas únicas, como algunos lienzos de Zurbarán:
Elevador de Lavra
Es el elevador más antiguo de Lisboa (1884). Fue diseñado por el portugués Raoul Mesnier du Ponsard, que también diseñó el ascensor da Bica, el ascensor da Glória y el elevador de Santa Justa:
Elevador da Bica
Es el tercero de los elevadores del S. XIX (1892). Está ubicado en Rua da Bica, muy cerca de Cais do Sodré, un lugar de marcha nocturna lisboeta. Te deja al lado del mirador de Santa Catalina:
Mirador de Santa Catalina
Se trata de uno de los miradores de Lisboa con más ambiente joven, pues en él se juntan grupos de amigos y músicos callejeros.
Desde la barandilla del mirador se tiene una buena panorámica del lado más industrial de Lisboa, con los muelles y el Tajo al fondo: