VIENA- RELATO DE VIAJE:
Durante Diciembre de 2016 hicimos una pequeña escapada a Viena y breve incursión a Bratislava (Eslovaquia) durante 5 días.
[geo_mashup_map height=»300″ width=»600″ zoom=»14″ add_overview_control=»true» add_map_type_control=»true»]
DIA 1: SÁBADO 10/12/2016: VIENA: FREYUNG, AM HOF, MARIA AM GESTADE, ANKERURH, JESUITENKIRCHE, CATEDRAL DE SAN ESTEBAN, PETERSKIRCHE, CAFE CENTRAL
Llegamos al aeropuerto de Viena (Wien- Schwechat) en un vuelo de Iberia (170€/persona, sin snacks a bordo y con sólo equipaje de mano) desde Madrid. Salimos a las 08:50 y llegamos a las 11:45.
Nos alojamos en el Hotel Atlantis (Wurzbachgasse, 21). No está en el centro, pero está a 3 minutos andando de la parada Burggase (U6). Al lado del metro, hay un intercambiador de tranvías (en la plaza Urban Lorit Platz), bastante útiles para acercarte al centro (49) o a la estación de trenes Hauptbahnhof (18).
Se trata de un hotel funcional, la habitación no tiene grandes lujos. Nos tocó una habitación con terraza compartida con otros huéspedes del hotel. Nos salió muy bien de precio al ser clientes Genius de Booking.com: 65€/noche, con desayuno incluido. Nada mal de precio, para ser Viena en Navidad:
El desayuno es uno de los aspectos más positivos del hotel, bastante variado y completo. Otro punto a favor, es que, al menos en la habitación que nos tocó, se descansaba genial, con nada de ruidos. El aspecto más flojo del hotel son las zonas comunes, bastante feas.
La ciudad tiene una población de aproximadamente 1,7 millones de personas (nos la esperábamos más pequeña). Está ubicada a orillas del río Danubio, y cuenta con uno de los patrimonios artísticos más importantes del viejo continente.
Uno de los aspectos que más nos gustó de Viena, es lo bien que funciona el transporte público. Tanto metro como tranvías tienen muy buena frecuencia, por lo que en poco tiempo te plantas en el centro de la ciudad.
Para llegar al hotel desde el aeropuerto de Viena, tomamos el S-bahn (tren), línea S7, dirección Floridsdorf. El billete lo compramos directamente a una empleada de la compañía de trenes. Nos dio una especie de billete de grupo que nos costó 4,60€ para los 2 (teníamos apuntado que valían 4€/persona), así que puede ser buena idea que te venda el billete un humano, mejor que sacarlos de la máquina, ya que a la vuelta a Madrid, al comprarlo en la máquina (no había empleado), sólo encontramos el billete de 4€. El trayecto hasta la estación de Mitte (que enlaza con la U3 de metro) dura unos 25 minutos. Existe otra opción, más cara y menos recomendable: coger el CAT (tren rápido), pero vale 12€/persona y tarda 10-15 minutos. Por tanto, no compensa. Tanto la línea S7 como el CAT tienen una frecuencia de 30 minutos.
Una vez en Mitte, compramos un abono transporte para 3 días (16,5€/persona). Desde Mitte (U3) fuimos hasta Westbahnhof (U3/U6) y de ahí una parada hasta Burgasse (U6).
Tras hacer el check-in y dejar las maletas, deshicimos el camino y volvimos a coger el metro, y nos bajamos en la parada de Herrengasse (U3).
Eran alrededor de las 13:30, y al haber madrugado, teníamos ya hambre. Hay justo un Vapiano, estratégicamente situado a la salida del metro. Así que no nos lo pensamos más. Habíamos probado esta cadena en Lausanne (Suiza). No se come mal, y está bastante bien de precio. Te dan una tarjeta al entrar, hay varias estaciones (pastas, risottos, ensaladas, …) y te hacen la comida al momento. Luego te toca buscar sitio. Hay mesas compartidas y estaba muy petado de gente.
Con las pilas cargadas, comenzamos el paseo por la ciudad. Lo primero que vimos fue la fachada del Café Central (Herrengasse, 14), uno de los cafés más famosos de la ciudad. Si estás interesado en los cafés de la ciudad, te recomendamos leer este post acerca de las mejores cafeterías de Viena:
Nos encaminamos a la Plaza Freyung, donde vimos nuestro primer mercadillo de Navidad (10:00 – 21:00). En la plaza se encuentra la Schottenstift (Abadía Escocesa), un monasterio católico:
En uno de los laterales de la plaza está el Pasaje Ferstel (1860), con cafeterías y tiendas de lujo. Merece la pena entrar a echar una ojeada:
Desde Freyung pusimos rumbo a Am Hof, la plaza más grande del casco histórico (Innere Stadt):
La plaza está dominada por la Kirche Am Hof, una iglesia gótica del siglo XIV:
También hay otro mercadillo navideño bastante animado:
Seguimos nuestro camino, hasta llegar a una iglesia que sorprende por su bonita fachada frontal de estilo gótico y por ser una de las más antiguas de la ciudad, Maria Am Gestade:
Seguimos con el paseo, hasta llegar a Hoher Markt, una de las plazas mas antiguas de la ciudad. En el centro se halla la Vermählungsbrunnen (Fuente de los Desposorios):
Lo más destacable es la presencia de un reloj, llamado Ankerurh, de estilo Jugendstil (modernismo alemán):
Cada mediodía, salen figuritas al estilo de otros relojes:
Prácticamente al lado, llamó nuestra atención un bello edificio, llamado Regensburger Hof. Antiguamente, era usado como lugar de hospedaje y descanso para los mercaderes de Regensburg. Hoy en día, es ocupado por un restaurante (Lugeck):
El siguiente objetivo era ver la Catedral por fuera, pero antes de llegar hicimos parada en una famosa tienda (Manner). Veréis que la figura de Mozart está bastante explotada en la ciudad:
Al lado de la tienda, se alza la Catedral de San Esteban (Stephansdom) (1147), de estilo románico-gótico. Llama la atención su tejado con sus tejas esmaltadas de varios colores:
Como el horario de la Catedral es bastante amplio, decidimos postergar la visita, y nos dirigimos a visitar un par de iglesias más. Por el camino nos topamos con el Café Diglas (Wollzeile, 10). En esta ciudad dan ganas de entrar a todos los cafés que aparecen a tu paso:
Llegamos a la Iglesia Ortodoxa Griega (Fleischmarkt ,13), tan bonita por fuera como por dentro:
Por la zona, puedes visitar Jesuitenkirche (Doktor-Ignaz-Seipel-Platz, 1), por fuera es bastante sobria, pero por dentro está bellamente decorada (y un poco recargada):
Volvimos a la zona de la Catedral, y nos dimos cuenta que estábamos cerca de la Casa de Mozart (Domgasse, 5), así que nos acercamos para verla por fuera:
Casi al lado, está la Catedral de San Esteban (06:00 – 22:00). Estaba la zona a reventar de gente. Hay un pequeño mercadillo navideño (11:00 – 21:00).
La visita al interior de la Catedral es gratuita. Se puede subir a la torre, pero no estábamos interesados:
Paseamos por la calle Graben, una de las más típicas de la ciudad. En ella se encuentra la Pestsaule. Columna barroca dedicada a la Santísima Trinidad y levantada tras la gran peste de Viena (1679):
Siguiendo por Graben, en una calle perpendicular, aparece la Iglesia de San Pedro (Peterskirche), donde lo que más destaca es su cúpula color verde y un interior barroco, profusamente decorada:
No podíamos resistirnos más a empezar a probar las tartas y un buen café, así que aprovechando que estábamos cerca del Café Central, decidimos hacer nuestra primera incursión por las cafeterías de Viena:
Puedes ver nuestra experiencia en el Café Central aquí.
El recorrido vespertino nos dejó bastante cansados, así que decidimos volver al hotel y dimos por finalizado el día. Nos avituallamos en un supermercado cercano al hotel y nos fuimos a dormir. Al día siguiente tocaba otra jornada de duro pateo de la ciudad…
DIA 2: DOMINGO 11/12/2016: VIENA: PALACIO HOFBURG, BIBLIOTECA, ÓPERA, PARLAMENTO, AYUNTAMIENTO, BURGTHEATER, HOTEL SACHER
Tras un copioso desayuno en el Hotel Atlantis, tomamos el tranvía49 desde Urban Loriz Platz hasta Volksgarten.
En seguida se llega a la zona de atrás del Palacio de Hofburg. Lo primero que te encuentras es la Helden Platz, donde se ubica una estatua del Príncipe Eugenio de Saboya y el Neue Burg (Palacio Nuevo), el cual alberga la Colección de Instrumentos Musicales Antiguos:
El palacio consta de varios patios comunicados entre sí. Puedes atravesar por fuera (la entrada principal del palacio es por Michaeler Platz):
En la entrada al palacio compramos el Sisi Ticket (28,80€/persona), que da acceso al Palacio Hofburg (Apartamentos Imperiales, Museo Sisi y Colección de Platería Imperial), al Palacio Schönbrunn (Grand Tour, 40 salas) y la Colección de Muebles Imperiales (ésta no la visitamos, está ubicada en Andreasgasse 7, U3 Zieglergasse).
La entrada para el Palacio Hofburg son 12,90€/persona, y la entrada para el Palacio Schönbrunn son 13,30€/persona el Imperial Tour (22 salas) y 16,40€/persona el Grand Tour (40 salas). Así que el Sisi Ticket te puede salir a cuenta si quieres hacer el Grand Tour de Schönbrunn. Además tiene la ventaja que tienes pase rápido en este palacio (nosotros cuando fuimos había bastante gente). Puedes visitar los palacios una única vez, pero tienes el plazo de 1 año para hacerlo, por lo que puedes visitar los palacios en días diferentes (y de hecho es lo recomendable para no acabar saturado).
Dentro del Palacio Hofburg (09:00 – 17:30), lo primero que hicimos fue visitar la Colección de Platería Imperial. La audioguía está muy bien, es muy completa. Los puntos principales están marcados con una estrella, por si quieres ir directamente a lo más destacable de la colección:
Lo que más nos llamó la atención fueron los enormes centros de mesa:
Podrás ver gran cantidad de vajillas, utensilios y servicios de mesa utilizados durante la época imperial (hasta 5000 personas conformaban la corte):
Después visitamos el Museo Sisi, donde se explica la vida de la popular emperatriz (Isabel de Baviera). Aparte de poder visitar el tocador (donde se pasaba horas arreglándose el pelo) y la habitación de gimnasia (era muy buena deportista y amazona), se da un repaso a la azarosa vida de esta mujer, bastante distinta a la proyectada en la película Sissi Emperatriz (1956) protagonizada por Romy Schneider.
Se casó muy joven con Francisco José, emperador de Austria, el cual cayó enamorado de ella, cuando en realidad iba a cortejar a una de las hermanas de Isabel. Aunque al principio parecían los protagonistas de un cuento, poco a poco la vida de la corte y palacio iban aburriendo a Isabel cada vez más, por lo que solía abandonar la corte en viajes cada vez más largos y más lejanos. De naturaleza rebelde, culta y quizás demasiado avanzada para su tiempo, Isabel era como como un pájaro enjaulado y necesitaba evadirse de palacio.
Francisco José, por contra, se ocupaba de gestionar los asuntos de la corte de forma tenaz , levantándose muy temprano cada día. Tuvieron 4 hijos, pero dos de ellos fallecieron: Sofía (murió a los dos años por tifus) y Rodolfo (al parecer suicidado, aunque no está claro que fuera un complot). Esto sumió a Isabel en una profunda crisis, lo que acentuó todavía más sus viajes y escapadas.
Su dramática muerte, asesinada por un anarquista italiano mientras daba un paseo con una de sus damas de compañía por el Lago Leman (Ginebra, Suiza), hizo que se aumentara todavía más su leyenda y haciéndola prácticamente inmortal..
Por último, accedimos a los Apartamentos Imperiales, donde se visita los antiguos aposentos privados de la familia imperial. Aquí vivieron el emperador Francisco José y Elisabeth con sus hijos y toda la corte.
Durante la visita se tiene acceso a las salas de los oficiales imperiales del Estado Mayor, la sala de audiencias y la sala de conferencias en la que se reunían ministros y el consejo de la corona.
También se visita el despacho del emperador Francisco José y la sala de estar y dormitorio de su esposa, Sisi.
Las salas son estilo Rococó, con ricos tapices, arañas de cristal de Bohemia y estufas de porcelana:
La visita total al Palacio Hofburg nos llevó alrededor de dos horas. Se puede visitar en menos tiempo, si no se oyen todas las entradas de la audioguía, la cual es bastante extensa.
Salimos esta vez, por la preciosa entrada principal del palacio. En este punto veréis numerosos coches de caballos, que a costes astronómicos dan paseos por los principales puntos de interés de la ciudad:
En la misma plaza de Michaeler Platz, se alza la Iglesia de San Miguel (Michaeler Kirche):
A muy pocos metros podrás encontrar una de las pastelerías más famosas de Viena, la Pastelería Demel (Kohlmarkt, 14):
Nosotros seguimos el paseo, hasta llegar a los antiguos Establos Imperiales (Stallburg), que hoy en día son usados por la Escuela de Equitación Española:
Muy cerca se encuentra Josefsplatz, con la estatua ecuestre del emperador José II:
En esta misma plaza está la entrada a la Biblioteca Nacional de Austria (10:00 -21:00), una preciosa biblioteca. La entrada es cara (7€/persona) y la visita bastante corta, pero creemos que merece la pena. Es una de las más bonitas que hayamos visto, la Sala Principal (Prunksaal) es una estancia con una longitud de más de 70 metros, que rezuma encanto por todos los costados (libros, estanterías, escaleras, globos terráqueos,…):
En la misma plaza, hay una entrada a la Iglesia de los Agustinos (Agustinerkirche). Por este lado no parece la entrada a una iglesia, sino más bien a un palacio:
Es en esta iglesia donde se casaron los omnipresentes Francisco José e Isabel en 1854:
Por el lateral, ya sí que tiene más aspecto de iglesia:
Callejeando, llegamos a la Iglesia de los Capuchinos. Se trata de la Cripta Imperial, aquí están enterrados 12 emperadores y 18 emperatrices austríacos (y sí, lo habéis adivinado, también descansan aquí eternamente, Francisco José y Sisi). La entrada son 5,5€, aunque nosotros preferimos no entrar:
Al lado de los Capuchinos, se erige Neuer Markt (Mercado Nuevo), llamada así por ser el lugar donde había un antiguo mercado. La parte central de la plaza la ocupa la bonita fuente Donnerbrunnen:
No muy lejos, llegamos hasta el edificio de la Ópera. Es la sede de la Ópera Estatal de Viena, la compañía de ópera más famosa a nivel mundial:
Teníamos pensado hacer la visita guiada al interior, pero sólo había visitas el último día de nuestra estancia en Viena. Podéis comprobar los días y horarios de apertura en la web oficial: http://www.wiener-staatsoper.at/en/your-visit/guided-tours/
Muy cerca de la Ópera, podéis encontrar el Hotel Sacher, lugar donde se inventó la famosísima Tarta Sacher. Lo visitaríamos más tarde:
Hay bastantes semáforos graciosos con parejas de enamorados cruzando:
También al lado de la Ópera, hay otra cafetería, Café Gerstner, donde finalmente recalamos a cenar (nos lo encontramos todo cerrado):
Era la hora de comer, y al encontrar cerrado (era domingo) el restaurante que teníamos apuntado, recalamos en un sitio llamado Mama’s Kitchen. Ponía cocina tradicional vienesa y a buen precio (sopa + schnitzel + apfelstrudel= 11,5€). La comida era bastante normal, pero lo peor es que los camareros eran bastante antipáticos y tenían música «bakalao» a todo trapo. Al buscar opiniones por Internet, la gente decía que eran unos racistas. Así que el sitio no es muy recomendable. Mejor evitarlo.
Como teníamos la tarjeta transporte de 3 días, fuimos al Parlamento, cogiendo el tranvía1 en la parada de la Ópera. Son muy pocas paradas, se puede ir andando, pero mejor economizar esfuerzos. El Parlamento es de estilo Historicista, recordando la democracia de la Antigua Grecia:
Unos metros más adelante, aparece el Burgtheater, el Teatro Nacional de Austria, fundado en 1741:
Justo enfrente, aparece Rathaus Platz (Plaza del Ayuntamiento), uno de nuestros rincones favoritos de la ciudad. Domina la plaza el precioso Ayuntamiento, de estilo neogótico, construido entre 1872 y 1883:
Hay un mercadillo navideño bastante grande (10:00 – 21:30), donde nos tiramos un buen rato recorriéndolo:
También había un marco para hacerse una foto chula con el Ayuntamiento:
Se nos hizo de noche (anochece bastante pronto en invierno). El mercado está muy animado, y habían montado una gran pista de patinaje sobre hielo:
Muy cerca, hay otro de los cafés famosos de la ciudad, Café Landtmann:
Pasamos por delante de la fachada de la Universidad, la segunda más antigua (1365) de las que se fundaron en el Sacro Imperio Romano Germánico (por detrás de la de Praga):
Y ya un poco cansados, llegamos a la Iglesia Votiva (Votivkirche), una bella iglesia del S. XIX, de estilo neogótico:
Desde aquí, deshicimos el camino tomando el tranvía1: Schottentor – Kärntner Ring (la parada de la Ópera). Teníamos como objetivo probar la famosa tarta Sacher en el famoso Hotel Sacher. Podéis leer nuestra experiencia aquí:
Tras la merienda, volvimos al Hotel Atlantis. La verdad que se nos hizo algo tarde para salir a cenar, ya que nos olvidamos los abonos transporte en el hotel, y cuando ya llevábamos un par de paradas de metro tuvimos que volver a por ellos (la gente se cuela bastante, pero ya os adelantamos que el último día los revisores del metro hicieron redada). Cuando llegamos al restaurante Pürstner, serían alrededor de las 22:00, y aunque en su página web pone que abren hasta las 00:00, lo cierto es que estaban recogiendo y nos dijeron que ya no se podía cenar. Una pena, porque tenía buena pinta..
No parecía haber ningún sitio abierto para cenar o no nos llamaban la atención, así que decidimos probar suerte en el Café Gerstner, el que estaba al lado de la Ópera y ¡bingo!, estaba abierto hasta las 23:00, así que nos volvimos a tomar unos trozos de tarta (sí, somos muy golosos). Podéis leer que tal nos fue aquí:
Ahora sí, el día tocaba a su fin. Mañana visitaríamos el Palacio Schönbrunn, el Palacio Belvedere y el famoso Parque de Atracciones del Prater.
Un comentario en «Diario Viena – Diciembre 2016: Días 1,2: Innere Stadt, Catedral de San Esteban, Palacio Hofburg, Ayuntamiento, Parlamento, Votivkirche»